"Tantos años...", suspiró en su lamento una de las trabajadoras cargada de desesperanza y de impotencia, de bronca y de resignación. Sólo dos de los siete empleados consiguieron trabajos a prueba por estos días, luego de quedar en la calle cuando el restaurante La Casona cerró sus puertas el 20 de octubre.

En la primera audiencia en la Delegación del Ministerio de Trabajo, negaron la deuda y amenazaron con denunciar a los trabajadores ante la Justicia Penal. Sin embargo, quedaron en comunicarse, pero nada de eso ocurrió. Ayer pegaron el faltazo y dieron por tierra con las posibilidades de alcanzar una salida por la vía administrativa. Ya no habrá cuarto intermedio en la cartera laboral. Todo deberá resolverse en la Justicia.

 

A los tribunales

 

"Decidimos declinar esta vía y pasar a la Justicia", sentenció la abogada Itatí Demarchi, representante de los trabajadores. La letrada, acompañada de su par Rodrigo Urus, participó de la audiencia con Raúl Camandone, asesor de Ezequiel Nardelli, hijo del primer dueño y fundador de La Casona, quien sí se presentó.

Vanessa Aznar, abogada de Santiago Andrés Martín, el último propietario del restaurante de la calle 25 de Mayo de la ciudad, "no llamó como había prometido ni atendió el teléfono", dijeron los representantes de los trabajadores.

Respecto a la denuncia de la patronal por el hecho de que los empleados habían “tomado”  La Casona, el lunes 20 de octubre, Demarchi dijo desconocer si se concretó. Recordó que “los trabajadores fueron esa noche porque la empresa los citó con la promesa de pagarles, algo que no ocurrió”, y mencionó que "se viene acumulando la deuda de haberes de septiembre, octubre, noviembre y ahora diciembre, ya que los empleados no fueron despedidos".

Por último, Urus y Demarchi se quejaron porque Aznar "había solicitado esta fecha para poder asistir y no se presentó".

Ya no habrá cuarto intermedio. Los representantes de los trabajadores habían solicitado que se citara a todos los propietarios, tanto los de hoy como los anteriores. Pero no asistieron ni el actual dueño ni Raúl Nardelli y Mónica Peretti (a pesar de ser notificados por el Ministerio), propietarios durante varios años, antes de cederla a su hijo Ezequiel, hace alrededor de siete u ocho años. Tampoco fue Luz Besmalinovich, sindicada como propietaria y quien sería pareja de Martín, ya que se había solicitado ser citada.

 

Responsabilidades

 

Ezequiel Nardelli, siempre acompañado por el abogado Camandone, permaneció durante más de una hora de audiencia en el hall de la sede laboral. Se saludó con las exempleadas, salió a la vereda y entró en varias oportunidades. Llamó por celular a sus familiares y a otros. Se mostró calmo y se negó a declarar.

Ezequiel Nardelli se presenta como el antecesor de Santiago Andrés Martín. Los abogados de los trabajadores tomarán varios puntos de responsabilidad para analizar. 

 

Uno de esos ítems

 

La demanda en la Justicia -hasta ayer citación en el Ministerio de Trabajo- apuntaría a Santiago Andrés Martín, Luz Besmalinovich y a todos los Nardelli, en este último caso porque la legislación contempla la “responsabilidad solidaria” para casos como este, dado que hace un año, cuando el actual propietario compra La Casona, la recibe a través de un contrato de cesión en el que asume el compromiso de hacerse cargo de los trabajadores con la antigüedad que tenían en su lugar de empleo que, en algunos casos, llega a los 20 años.

Sin embargo, en la cartera laboral no existiría documentación alguna que acredite esa transferencia de personal y despegue a Raúl Nardelli de la responsabilidad, por lo que sería uno de los argumentos fundamentales de la demanda contra los anteriores dueños.

Sin puntualizar, la abogada Demarchi refirió que "se analizará el instrumento por el que cedieron y si incluye el personal. Se analizará la fuerza legal de la documentación". "Si la cesión está bien hecha no había responsabilidad", deslizó luego.

 

El gremio

 

María Isabel Rodríguez, secretaria Adjunta del gremio de hoteleros y gastronómicos (Uthgra), planteó: "Lamentablemente no hay mucha más esperanza. Lamentamos que en la ciudad pasen situaciones como esta, de desamparo para los trabajadores y violando la ley de Contrato de Trabajo, porque ya pasamos lo del City (el hotel que cerró sus puertas el 5 de mayo dejando a nueve personas en la calle) y ahora La Casona...".

Dijo además que la firma La Casona deja a la obra social de ese sindicato una deuda de 67 mil pesos. "Así operan este tipo de empresarios, como se dicen llamar", remató. Y recordó que “los dueños de La Casona no les dieron (a los trabajadores) ni el derecho al telegrama de despido, para que puedan cobrar el seguro de desempleo”.

 

Situación fea 

 

Betiana Heredia, una de las extrabajadoras de La Casona dijo que es "una situación fea, porque llegan las fiestas y seguimos sin poder cobrar lo que trabajamos, con hijos y sin poder pagar las deudas". La mujer, sostén de su hogar y madre de tres varones, habló por el resto de los compañeros porque "perdimos las esperanzas y dejamos entre 10 y 20 años de trabajo en ese lugar, para terminar de esta manera... Nunca lo imaginé, creo que ninguno lo imaginó así".

Con lágrimas en los ojos, Betiana apretó un puño y desafió la realidad: "Yo conseguí un trabajo, a prueba, pero tengo que hacerlo porque tengo tres hijos varones. Debemos salir adelante".