Escribe Juan Manuel Gorno

 

Antes de entrar a jugar su partido por la última fecha, Alumni se enteró de que las posibilidades de clasificación se habían esfumado. Entonces, con las ilusiones frustradas, afrontó 90 minutos intrascendentes ante Alianza de Coronel Moldes, con quien finalmente empató 1-1 para despedirse del torneo Federal B.

La despedida fue insulsa, lejos de lo que la imaginación del comienzo del domingo hubiese llegado. 

Los resultados ajenos, de otras zonas, confirmaron los ocho mejores cuartos del certamen, cerca de las 20, y Alumni tuvo que encontrarse con la realidad más dura de las matemáticas.

Quizás por ello todo lo que se programó para el duelo ante Alianza tuvo mucho menos fuego para calentar el ambiente. Alumni ya se había despedido del torneo ni bien movió desde el medio y algunos hinchas anduvieron en la “Placita” con esas dudas por alentar o recriminar, por motivar o recordar que “la camiseta se tiene que transpirar” y tantas cosas más.

Lo concreto que Alumni y Alianza debieron jugar por puntos insignificantes y el partido salió tedioso, en algunos momentos bien jugado y en otros carente de compromiso.

En el equipo villamariense, Héctor Arzubialde había planeado la línea de tres, con el retorno de Nahuel Caler, más el adelantamiento de Franco Gozzerino como volante por derecha. 

Todo pareció bárbaro desde el arranque, cuando el equipo intentó ser agresivo, a pesar de los pesares. Pero dos veces Conrado Besel (primero tras un pase de Strumia que no logró bajar para definir y luego con un tiro en el primer palo que rozó en un defensor) estuvo cerca y se quedó sin convertir. 

Encima, a los 27 minutos, sobre la zona de Caler, Alianza encontró una réplica muy efectiva de contragolpe, tras un pase profundo de Devia para Lucio Constantini, quien quedó solo ante Gerardo Godoy para rubricar el 1-0 en la noche.

Ese resultado no hacía más que enardecer más al poco público que se llegó hasta el estadio, motivo por el cual surgieron los primeros insultos. Pero el equipo sintió el impacto y fue al frente con sacrificio, en la medida que Arzubialde tenía que preocuparse por la lesión de Caler, a quien debió remplazar con un volante (Joel Manzanares) para retroceder en el campo a Gozzerino.

Con la manija de Leonel Strumia (una de las apariciones más interesantes en el proyecto de promoción de jugadores domésticos), Alumni consiguió tener la pelota y elaborar situaciones, pero no alcanzó a definir las chances que se le presentaron.

Besel, otra vez, se quedó con las ganas con un remate que se desvió en Devia y se fue al córner. Y cinco minutos después lo tuvo Chiocarello, pero la desvió el arquero Oviedo.

También la posibilidad pudo haber llegado por un penal que parecieron cometerle a Manzanares, algo que no vio el árbitro Matías Romero.

La tenencia era de Alumni, pero Alianza se las ingeniaba para contestar de vez en cuando. Y a los 42 m el visitante casi aumentó el marcador con un tiro libre de Núñez que hizo revolcar al arquero Godoy.

Para el segundo tiempo, Arzubialde intentó mejorar la eficacia con el ingreso de Emanuel Bolzicco, quien se conectó un par de veces con sus compañeros, primero con un pase de pecho a  Colombo -que remató alto dentro del área-, y luego con un centro rasante que resultó muy violento y no alcanzó a ser conectado por Chiocarello.

El propio Bolzicco debió convertirse en el nombre del gol cuando, a los 29 minutos, le puso la cabeza a un tiro de esquina de Colombo para establecer el 1 a 1.

Tras la conquista, Alianza -siempre de contragolpe- salió de su letargo y estuvo cerca de convertir con un remate de Constantini, pero nuevamente Godoy estuvo cuando se lo necesitó.

Alumni también estuvo cerca de ganarlo con un frentazo del ingresado Federico Depetris que salió cerca de un palo.

El final sólo tuvo un momento tenso tras la expulsión (por doble amarilla) de Manzanares, que no encontraba explicación a la sanción disciplinaria. 

Afuera de la cancha, en las tribunas, la gente tampoco encontraba explicación al momento de la noche. Alumni jugaba por nada. Alumni había fracasado en su intento de clasificación. Alumni seguía destinado a reinventarse. 

El consuelo estará en la Copa Argentina, donde el club sí parece estar a la altura de su historia, la que buscará seguir defendiendo el jueves, ante La Emilia, como para cerrar el año con otro semblante.