Esclavitud en las cárceles
Después de haber escuchado tantas barbaridades por ignorancia o por discriminación con respecto al salario de las personas privadas de su libertad, pensé en colaborar para dejar en claro algunos puntos y les diría a las personas que se quejan del abultado sueldo que reciben que se queden tranquilas, que las personas privadas de la libertad trabajan en situación de esclavitud, que el Estado somete a la explotación a miles de humanos que han perdido todos sus derechos en los humilladeros del país.
La Ley 24.660, en el artículo 120, dice que si los bienes o servicios producidos por los presos se destinaren al Estado o a entidades de bien público, el salario de los presos no será inferior a las tres cuartas partes del salario mínimo vital y móvil.
En los demás casos, o cuando la organización del trabajo esté a cargo de una empresa mixta o privada, la remuneración será igual al salario mínimo vital y móvil (4.400 pesos). Los salarios serán abonados en los términos establecidos en la legislación vigente.
Eso es lo que dice la ley, pero lo que en realidad sucede es que no se cumple nada de eso.
Pero a las pocas personas que trabajan en blanco les descuentan el 35% para la prestación de alimentos de sus hijos, dinero que jamás ha recibido ninguna familia.
El 10% para indemnizar los daños y perjuicios causados por el delito, conforme lo disponga la sentencia, pero las víctimas jamás recibieron una moneda.
Otro 25% para los gastos que causare en el establecimiento, costo que cubre el Estado totalmente. Y un 30% para formar un fondo propio, que se tendría que entregar cuando la persona quede en libertad.
Todos estos descuentos del salario mínimo vital y móvil no se sabe a dónde van a parar.
Por otra parte, si a esto lo sumamos por las miles de personas que están privadas de la libertad trabajando en las cárceles, se forma una cuantiosa suma.
El salario de la gran mayoría de las personas en cautiverio del país oscila entre 90 y 350, el que más gana.
La excepción son muy pocas personas que cobran $700, que, por ejemplo, de una prisión como la de Cruz del Eje, de 1.200 presos, sólo 14 cobran ese salario.
Las personas que reciben lo que les corresponde son algunas que están en cárceles federales, a las cuales se les respetan sus derechos laborales un poco más que al resto.
Dentro de las cárceles hay varios tipos de industrias, como fábrica de escobas, mimbrería, herrería, panadería, vivero, carpintería, imprentas, sastrería, costuras, etcétera. Y también se trabaja para varias empresas privadas o mixtas.
Por ejemplo, en Villa María, se cosen pelotas de fútbol, les pagan por pelota entre 7 y 8 pesos, y se puede coser un par por día, para lo cual no reciben ni guantes, lo que hace que terminen con las manos lastimadas.
Las empresas que fabrican sus productos en los centros de detención usufructúan las instalaciones de las cárceles, no pagan alquiler, ni luz, ni impuestos y también hacen uso de la mano de obra esclavizada, de la mano de obra cautiva.
El Estado también viola la ley de derechos laborales. Es más, les está robando no sólo a estos trabajadores, sino también a sus hijos, al quedarse con su salario familiar. Hay personas con varios hijos que no pueden cobrar la Asignación Universal, porque sus compañeros figuran en ANSES, como con trabajo en blanco. Algunos figuran como si estuvieran cobrando 4.400 pesos, son los que reciben de bolsillo 350 pesos, la categoría más alta.
¿Que si tiene derecho a vacaciones y aguinaldo? ¡Por supuesto que lo tienen! Como cualquier trabajador, pero primero les gustaría tener una moneda en el bolsillo, que comprar lo necesario para tomar unos mates no se lleve todo el sueldo.
Basta de hipocresías, ¿por qué burlarse de los más débiles, de los más vulnerables?, ¡de los más humillados!
Adriana Revol
Comisión anticarcelaria