Familiares, amigos y allegados de Mariela Bortot, junto a representantes de organizaciones sociales y políticas, realizaron un nuevo reclamo público, esta vez frente al edificio de Tribunales I, en la ciudad de Córdoba.
La mujer de 41 años de edad, desaparecida en Inriville hace casi 11 meses, fue vista por última vez mientras caminaba por el pueblo el pasado 25 de enero, tras lo cual no se supo más nada de ella.
“Hace más de 10 meses que luchamos para que la causa avance, pero sólo se movió en las primeras semanas y luego se paró”, aseguró Claudio Bortot, hermano de Mariela.
Los familiares abonan la hipótesis de un posible rapto o de que pudo haber sido víctima de trata de personas, y volvieron a cargar contra el desempeño del fiscal Gustavo Zucchiatti, de Corral de Bustos, donde está radicada la investigación.
“El fiscal se puso en una postura de poca predisposición para la investigación, sin resolver algunos de los pedidos que realizamos con nuestro abogado; entonces decidimos volver a movilizarnos”, indicó Claudio Bortot.
Con relación al único sospechoso que tiene la causa, Jorge Orellano, un expolicía que estaba trabajando como seguridad en los campos del intendente del pueblo y que aparentemente intentaba tener una relación sentimental con Mariela, Bortot aseguró que “sigue imputado, pero no está preso; para el fiscal sólo había indicios, pero sin pruebas, por eso le dio la libertad. Supuestamente lo están vigilando y sigue investigado, pero nosotros vemos que anda como si nada”.
“Para nosotros (Orellano) debería seguir en prisión preventiva, porque cada vez que pudo intentó embarrar y ensuciar la causa. Plantó pruebas falsas e intentó desviar la investigación”, aseguró Yessica Fontana, una de las hijas de Mariela.