Perito informático
Si tenemos en cuenta que la identidad se puede definir como el carácter distintivo conformado por el conjunto de atributos y características que permiten individualizar a una persona, podemos afirmar que el concepto de “Identidad Digital” representa esas mismas características pero asociadas al “mundo virtual” en el que interactuamos permanentemente mediante la utilización de los servicios de Internet.
Ese mundo virtual conformado por servicios de correo electrónico y otras herramientas de comunicación como las redes sociales, como así también por aplicaciones online para la administración de cuentas bancarias (homebanking), plataformas para la compra y venta de productos y servicios, requiere de nuestra Identidad Digital para su acceso.
La vulnerabilidad de esa identidad digital conformada comúnmente por un nombre de usuario y una contraseña constituye el propósito de aquellos delincuentes que también se han introducido al “mundo virtual” del que formamos parte para perfeccionarse en técnicas de robo de identidades digitales.
Los factores que propician este tipo de actividades están vinculados con la facilidad en la captación ilegítima de datos de identificación personal, la inexistencia de una legislación en la materia, la falta de controles adecuados por parte de las entidades, así como los bajos niveles de educación en los usuarios de los servicios en Internet.
El robo de identidad puede ocurrir de diversas maneras, aunque los elementos básicos y la finalidad son los mismos: la obtención de información personal para realizar algún tipo de perjuicio.
Si bien no existe un procedimiento infalible que pueda ser utilizado para evitar el robo de identidad, es importante considerar que en caso de perder documentos o información digital que contengan datos personales, puede ser útil reaccionar rápidamente tomando determinadas medidas y así minimizar la posibilidad de convertirse en víctima del robo de identidad. Algunas de estas medidas son las siguientes:
* Cerrar inmediatamente cualquier cuenta relacionada a la información perdida o, en su defecto, informar a la entidad afectada.
* Modificar las contraseñas utilizando aquellas que sean seguras y distintas en todos los servicios en línea, desde el correo electrónico hasta el homebanking. Se debe evitar la utilización de contraseñas con datos personales (nombres, apellidos, fechas, números de documento, teléfonos, etcétera).
* Disminuir al mínimo la información y documentación que se porta en billeteras y carteras.
* Solicitar un resumen a las compañías de informes crediticios para conocer el estado financiero de la persona afectada y detectar cualquier anomalía que pueda dar datos sobre el uso de la identidad por parte de terceros. En la Argentina, la Ley Nº 25.326 de Protección de Datos Personales garantiza el ejercicio del derecho al acceso a este informe en forma gratuita cada seis meses.
* Revisar cuidadosamente los resúmenes de cuenta y crediticios buscando cualquier anomalía en sus servicios y productos adquiridos.
* Controlar que los datos personales estén registrados correctamente en todos los sitios donde se encuentren almacenados y, en caso de detectar desviaciones, solicitar su corrección o eliminación.