Como en aquellas historias de novela donde el muchachito se queda llorando bajo la lluvia, tras quedarse sin la novia ni la amante, Alumni se despidió ayer de todo en Plaza Ocampo, hasta la próxima temporada.
Tras quedarse afuera del Federal B, esta vez le tocó decirle adiós a la Copa Argentina, donde venía embalado después de eliminar a dos equipos del Federal A y, sin embargo, cayó 2-0 ante La Emilia, el primer rival de la misma categoría que se le presentó.
Los bonaerenses, que también habían clasificado en el Federal B, se quedaron cantando con sus hinchas (casi 200) bajo el diluvio de la noche. Y Alumni se fue en lamentos.
No era para menos. Paradójicamente, el equipo villamariense hizo agua por todos lados.
Parecía que iba a clarificar la noche cuando, en el arranque del partido, tuvo una chance clara para abrir el marcador, con un cabezazo de Federico Chiocarello, pero el arquero la desvió en la línea, con el maxilar inferior, casi milagrosamente.
Eran momentos donde el “fortinero” quería imponer respeto y ganarlo de guapo, con toques cortos. Y todo fue un espejismo.
Cuando a los 9 minutos, Franco Gozzerino le cometió penal a Leandro Fernández, en el primer contragolpe de La Emilia, ya nada fue igual.
Hernán Ledesma transformó en gol la sanción clara del árbitro Leandro Bottoni y La Emilia empezó a tomar vuelo, al tiempo que Alumni entró en desesperación y pánico.
Desordenado, sin ideas para encontrar salida desde el fondo ni sorpresa para el ataque, el equipo dirigido por Héctor Arzubialde fue un cúmulo de errores.
La Emilia esperó agazapado, pero siempre atento para cortar los caminos y salir de contragolpe, vía Fernández (habilidoso y rápido) o el experimentado Nicolás Bossoletti.
Mientras el tiempo pasaba, Alumni sólo mostraba arrestos individuales de Mikhail Colombo o arremetidas de Gozzerino. Poco para cambiar la historia.
Entonces Arzubialde metió mano para el complemento. Probó con el ingreso de Conrado Besel, que intentó conectarse con los volantes para generar espacios, y más tarde la búsqueda estuvo con el adelantamiento de Gozzerino y el ingreso posterior de Federico Depetris.
Más allá de todo, salvo un tiro libre de Colombo que complicó al arquero, lo demás fue pobre porque Alumni intentó con pelotazos que fueron bien conjurados por la defensa rival y los delanteros jamás encontraron posibilidades claras.
Encima, al abuso del traslado individual de pelota se le sumó un cúmulo de imprecisiones para salir jugando que generaron situaciones para La Emilia.
Fernández se perdió varias posibilidades de contragolpe para liquidar el partido. Pero a los 48, cuando Alumni ya jugaba con uno menos por expulsión de Facundo Depetris (reaccionó mal tras una patada), el delantero visitante dejó solo al ingresado Gastón Prichatti y el 2-0 finalmente terminó la historia.
Caras largas, desazón y fastidio quedaron en este Alumni que se despidió del año sin objetivos cumplidos, más allá de haber apostado a un recambio generacional que tendrá que perfeccionar en el futuro.