En el Instituto Víctor Mercante, durante cuatro décadas, se han recibido centenares de ópticos que han hecho crecer el ámbito profesional en todo el país. La propuesta académica que surgió del sueño visionario de un grupo de villamarienses hoy está plenamente vigente y a la vanguardia como proyecto educativo
Cuarenta años atrás, un grupo de villamarienses visionarios, vinculados a la Biblioteca Rivadavia y con la clara idea de la significancia del proyecto fogoneado durante décadas por Antonio Sobral de estar a la vanguardia de proyectos sociales y tecnológicos del país, decide presentar ante las autoridades educativas un programa de estudios y se crea la carrera que ofrecía el título de técnico óptico contactólogo.
“La carrera de Optica no sólo se inicia en 1974, sino que también podríamos decir que son los primeros pasos de profesionalización de esta especialidad que, hasta ese momento, era más un oficio que una propuesta académica”, manifestó la licenciada Andrea Riva, directora del Nivel Superior de la Escuela Normal Víctor Mercante, espacio donde la carrera estelariza la oferta académica.
“A partir de allí la carrera no sólo fue creciendo en convocatoria de estudiantes, sino también fue claramente instalándose desde el prestigio que caracteriza a la formación ofrecida en el Instituto”, sostuvo la reporteada por EL DIARIO.
“Eramos en aquella época uno de los pocos lugares de la Argentina donde los interesados en formarse como ópticos contactólogos podían hacerlo. Esta situación se mantuvo durante largo tiempo; incluso, hasta muy avanzada la década de los 90 a nivel provincial, Villa María se mantuvo como el único lugar donde se proponía la carrera”, dijo.
“En el devenir temporal, tenemos registros de haber recibido estudiantes de casi todas las provincias argentinas, incluso de países limítrofes que optaban por viajar y radicarse en Villa María para estudiar Optica”, acotó la docente.
“En la actualidad, la carrera ha ido modificándose, básicamente en términos de acompañar las regulaciones de políticas educativa, pero a la vez estar en consonancia con los desarrollos que en el mismo campo se van dando”, puntualizó.
“Hoy tenemos el gusto de decir que buena parte de nuestros actuales estudiantes son hijos de egresados de la carrera que han hecho su recorrido profesional en otros lugares, pero no se han olvidado del nivel formativo obtenido en el Nivel Superior de la Escuela Normal Víctor Mercante”, subrayó Riva.
“Realmente es muy grato recibir llamados desde otros puntos del país en los que, además de saludarnos, nos avisan que otra generación de aquellos alumnos vuelve a nosotros”, enfatizó.
Los años de trayectoria y la impronta que el Instituto Víctor Mercante supo imponer a nivel nacional es tal que hasta las nuevas instituciones que tienen entre sus propuestas a la óptica han recibido influencia directa o indirecta de la entidad que se erige en la esquina de las calles Antonio Sobral y Tucumán.
“Por estos días, las titulaciones tienen que ver con algunos acuerdo de política nacional. En la actualidad, el título es técnico superior en Óptica y Contactología. Nosotros siempre hemos mantenido ambas orientaciones como centrales de la formación, hablamos de la Optica oftálmica y la Contactología”, expresó.
Como hecho relevante, la directora de la ENVM apuntó que en pleno proceso de creación de la Universidad Nacional de Villa María (UNVM), se rubricó un convenio de articulación que, en principio, postulaba la idea de proponer una ingeniería en el campo de la Optica Oftálmica.
Concretamente, el acuerdo entre casas de estudios hizo germinar la actual Licenciatura en Optica Oftálmica, que se articula con la carrera que se dicta hace cuatro décadas en centro educacional que depende de la Biblioteca Rivadavia.
“La carrera de Optica es parte del conjunto de las carreras relacionadas con la salud. La definición profesional de un óptico no es sólo el trabajo comercial de estar frente a un negocio, lo cual es importante también, sino que hay un amplio desarrollo en el campo de la baja visión, sector donde las posibilidades de seguir incursionando en nichos laborales e incumbencias profesionales es muy importante”, recordó la educadora.
Entre los proyectos que distinguen a la carrera e identifican a la institución, Riva indicó a la óptica solidaria, que consiste en recibir a pacientes de bajos recursos que requieren la confección de anteojos.
En el marco de esta iniciativa, los estudiantes del último año junto a los docentes van realizando recetas a los que así lo requieran.
El desarrollo del espíritu solidario en el estudiantado, junto a la concreción de prácticas profesionales potentes y significativas con pacientes reales, hacen que la propuesta que ya tiene 30 años de vigencia sea el espacio propicio para la formación integral del educando.
“Queremos agradecer a muchos ópticos que hoy nos acompañan en distintas actividades relacionadas con la óptica solidaria”, señaló Riva.
Por otra parte y con el mismo grado de interés se posicionan las labores que estudiantes desempeñan en escuelas rurales e instituciones del medio, fomentando la salud visual y concientización en el cuidado de la visión, entendiendo que estas acciones se erigen como acciones de prevención primaria de la salud.
Para concluir, la directora en representación de la comunidad educativa de la Biblioteca Bernardino Rivadavia, hizo extensivo el saludo a todos los ópticos de la ciudad y región en su día e invitó a sumarse a la institución a todos aquellos que deseen formarse en una disciplina profesional que depara una importante salida laboral.
