En una tarde llena de emociones, los pibes de Universitario dieron vuelta el resultado adverso en la final de ida frente a River (0-1) y terminaron festejando a lo grande. La diferencia física a favor de la “U” fue clave a la hora de analizar un partido muy parejo. 

Los nervios y la falta de fútbol en ambos planteles se hicieron evidentes en gran parte del cotejo. La primer llegada de riesgo se produjo a los 12 minutos, tras un remate de larga distancia de Braian Sanabria, pero el remate se elevó demasiado.

Llegando a los 20’ recién pudo atacar River, luego de un saque largo de Juan Cruz López que perforó la línea defensiva del rival y dejó mano a mano a Julián Gómez, que desperdició su chance rematando por encima del arco. Diez minutos después, fue Javier Margaría quien probó suerte de derecha, pero su potente remate cruzado también se fue desviado.

El primer tiempo tuvo un nivel mediocre. River, seguro en el fondo, pero sin presencia ofensiva, no hacía más que esperar lo que proponía su rival. Por su parte, Universitario comenzaba a mostrar tímidamente destellos de lo que vería en el complemento, pero no le alcanzaba para inquietar al millonario.

La “U” tenía bien escondido un as bajo la manga: Sandro Reyna. El mediocampista izquierdo del conjunto de Fassi, había insinuado su calidad en los primeros 35 minutos, pero luego del descanso se decidió y enloqueció a toda la defensa local. Apenas comenzado el segundo tiempo desbordó, envió el centro atrás y Acosta abrió el marcador, decretando el empate parcial en el resultado global.

A partir del gol, Universitario se “soltó” y empezó a desplegar su juego característico. Además, se percató rápidamente de que su rival no lo atacaba. River ya estaba pensando en los penales, no tenía la fuerza necesaria como para ir en busca del gol del campeonato.

Para peor, a los 23’, el exmillonario Eduardo Moreno metió un pase profundo por el carril derecho, Mauricio Oviedo capturó el balón, envió un nuevo centro y Reyna convirtió el gol que se merecía. 

Luego del segundo tanto convertido por la “U”, River salió del fondo y comenzó a jugar, algo que debía haber hecho mucho antes. Apenas habían pasado 5 minutos, cuando el recién ingresado Emmanuel Fernández, capturó un balón enviado por Javier Margaría e hizo estallar la parcialidad local con un fuerte remate que se le coló por entre medio de las piernas de Federico Pedernera.

El gol del juvenil sentenciaba a ambos planteles a los penales, en un momento en el que River parecía más fuerte mentalmente que su rival. Sin embargo, los cinco cambios en la banda, sumados al largo festejo por el gol de  Fernández, hicieron que Jorge Verón decretara cinco minutos de adición. Un tiempo extra de terror para River, que no veía la hora de llegar a los penales. Sus jugadores estaban exhaustos y mentalmente terminaron el partido antes de que el mismo culminara. De esta manera, la última emoción de la tarde los sorprendió sepultando todas sus esperanzas.

A los 37’, tras muchos rebotes en el área el recién ingresado, Emanuel Chillón, gritó con alma y vida el gol del campeonato, tras inflar la red con un remate potente que dejó sin reacción a Juan Cruz López.

Luego del tanto marcado por el juvenil Universitario solo quedó tiempo para las infantiles expulsiones de Franco Cuadrado, por una fuerte e innecesaria patada desde atrás, y Juan Cruz López, por comportamiento inapropiado.

Universitario apostó a la formación seria de juveniles, para alimentar un proyecto a largo plazo. La planificación está dando sus frutos.

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