La idea me cautiva soberanamente”, confiesa Roberto Salomón en referencia a que su empresa, dedicada a la venta de calzados, y otra decena de comercios probarán abrir y atender de lunes a viernes, de 8 a 20, en nuestra ciudad a partir del otoño próximo.
La iniciativa se impulsa desde Acovim, pero será opcional: “Puede ocurrir que la practiquen no socios y que socios de nuestra entidad no estén de acuerdo”, opina quien cuenta en su propia familia el aporte laboral que requiere inicialmente.
Quien ha presidido durante más tiempo la asociación civil que cumplirá 10 años de vida, a mediados de 2015, desliza las razones que sostienen este proyecto que, por ahora, recoge adherentes y detractores en proporción similar: los que se van a Córdoba porque no los atendemos en sus reducidos tiempos semanales de ocio, como puede ser la siesta, y los habitantes de los pueblos y ciudades de la región, que viajan diariamente en colectivos, llegan por la mañana y no pueden retornar hasta avanzada la tarde.
“Ahora, durante la siesta, no hay nadie porque no hemos hecho conocer y promovido el nuevo servicio. Necesitamos atraer al consumidor. Con ofertas y horarios amplios. El que se opone, por lo general, no desea hacer esa experiencia, teme asumir riesgos y tampoco quiere que abra el vecino”.
“Debemos invertir y estar muy convencidos. Vamos a probar durante un año. No necesitamos regulación adicional. Sí, una inteligente campaña y pedirle a la Municipalidad que se involucre. Porque prometemos más empleo y generar más riqueza, lo que equivale a pagar más impuestos”.
Salomón memora que con la idea de la Peatonal se vivió la misma oposición. Hoy, en San Martín al 100, circula un 30% o 40% más de gente que antes, cuando estaba el tránsito abierto, estima. “A toda hora. Propongo que nos paremos en las esquinas de Buenos Aires y Corrientes al 1000 y miremos quienes circulan por esas calles y por la Peatonal; por esta última transitan tres o cuatro veces más”.
El proyecto, recuerda, promovía ensanchar las veredas también, pero con circulación de vehículos y la misma ornamentación en las citadas arterias de Buenos Aires al 1000, Corrientes al 1000 y al 1100 y San Martín al 200. “Pero, la cosa está ahí, por las rispideces entre la Municipalidad y el Gobierno de la Provincia”.
Salomón calcula que “estamos pisando los 380 socios en Acovim, pero no contamos con estructura para incorporar más” a la asociación civil conducida por 17 comerciantes de la ciudad, en cuya sede atienden por la mañana, de lunes a viernes, y se encuentra ubicada en calle Mendoza, esquina Hipólito Yrigoyen.
Por qué Acovim
Desafiando que ningún periodista le hizo la pregunta sobre cómo y por qué se fundó Acovim, responde: “Por la dicotomía que existe entre los industriales y los comerciantes. Ambos conforman una cadena de eslabones que los integran en algunos momentos, pero los confronta en otros. Pero no pueden estar juntos porque tienen intereses encontrados. No nos puede manejar un industrial, como está pasando. El industrial no es malo; ha hecho grande la ciudad pero no nos entiende. Es como pedirle a los ingenieros que trabajen con los arquitectos. A los abogados con los médicos. Cuando cada dos años un industrial preside AERCA, los comerciantes se tienen que quedar esperando, sin poder resolver lo que les pasa a los comerciantes. El presidente natural de la Cámara de Comercio es el presidente de AERCA. No tienen facultades ni presupuesto”.
