Como todos los años, el bar y comedor Quinino de calle San Luis cumplió con la tradición y convocó a sus amigos de todos los días a la cena despedida del año.
Fue una noche cálida colmada de anécdotas y esta vez, por disposición municipal, la velada no pudo hacerse en la calle y entonces el encuentro fue en la vereda, igualmente agradable y compartida por unos 50 comensales, habitués del lugar. Hubo entrada, cena, postre y buenos vinos.