“¿Cuánta gente del sureste cordobés ya no tendrá que ir a la capital o a Río Cuarto gracias a este Hospital?”, preguntó José Manuel de la Sota en el discurso que brindó en el acto inaugural del nuevo Hospital Pasteur.
Aseguró que la obra en la que la provincia invirtió, actualizando los montos de la construcción del edificio más el equipamiento, unos 410 millones “es de todos los cordobeses que pagan sus impuestos”.
“Estas obras no tienen dueño. La comenzó (Juan) Schiaretti, la inauguro yo, la pidió (Eduardo) Accastello, pero no hay derecho de autor. El Hospital es de los cordobeses”, enfatizó.
A través de un video institucional, mostraron a los asistentes detalles de la obra que permitirá cubrir a todo el sureste provincial con 114 camas, entre internación y terapia, y de la tecnología de punta con aparatología de diagnóstico y tratamiento único para el interior provincial.
En el palco, estaban acompañando al gobernador las autoridades provinciales, entre ellas, varios ministros como Francisco Fortuna (Salud) y Hugo Testa (Infraestructura), el titular del Tribunal Superior de Justicia, Carlos García Alocco, la directora del Pasteur, Liliana Abraham, los diputados nacionales Martín Gill y Nora Bedano y el intendente de Villa María, Eduardo Accastello; quien apenas se dio la mano con De la Sota, con quien viene manteniendo enfrentamientos políticos.
Desde las sillas, siguieron las instancias del acto inaugural, las autoridades de la ciudad, tanto del Estado local como de entidades intermedias. También hubo intendentes de casi todas las localidades de una amplia zona en la que se extenderá la cobertura del Pasteur. Hasta se pudo observar entre el público al exobispo de Villa María, Roberto Rodríguez.
Tras las vallas, vecinos y militantes siguieron las instancias del acto que tuvo su punto más emotivo al cierre, cuando, evitando fuegos de artificio, lanzaron al cielo globos iluminados y papeles brillantes, mientras desde el interior una banda de música le ponía armonía a la jornada histórica para la región.
“Reconciliación”
José Manuel de la Sota, declarado “Huésped de honor” por un decreto municipal firmado por el intendente Accastello, comenzó hablando de “reconciliación”. Dijo que “el pueblo argentino logró enjuiciar” a los autores de los crímenes de lesa humanidad cometidos durante la dictadura, pero indicó que “tras el arrepentimiento” de los responsables, “tenemos que avanzar en la reconciliación”.
Expresó que la recuperación de la democracia es un logro “de todos los argentinos”, e instó a aprender “a convivir con la diferencia”.
Contra la violencia
El eje del discurso del gobernador estuvo centrado en la violencia social, instando a todos a “trabajar juntos”, “aun pensando diferente”, para terminar con esa “violencia que enferma”.
Acto seguido, enumeró los aspectos que, a su criterio, exteriorizan ese clima de agresión que se vive en la sociedad actual.
Comenzó con la violencia doméstica. “Tuvimos que entregar 2.000 botones antipánico para proteger a mujeres de hombres que creen que donde hubo amor, puede haber sopapos”.
También habló de la violencia en la educación. “No sólo la que se ejerce entre los chicos, con el bullying, sino la de los padres que no respaldan a los maestros que intentan poner límites y ejercen el compinchismo (SIC) con sus hijos contra los docentes”.
También habló de violencia en los reclamos de las organizaciones que “quieren todo y ya”.
Aludió en otro tramo de su discurso a la violencia criminal “que se ha vuelto sanguinaria” y también tuvo un capítulo para la violencia entre los dirigentes, que “en lugar de demostrar que nosotros somos buenos, queremos demostrar que los otros son peores”.
“Los argentinos están cansados de las peleas de los políticos que no resuelven los problemas de la gente”, concluyó.
Lo que falta
Durante 60 días, las autoridades del Pasteur y los jefes de servicio harán la “prueba en vacío”, para llegar a tener el centro público de salud funcionando a pleno a fines de febrero.
