La Cámara del Crimen de Villa María condenó ayer a un joven villanovense a un año de prisión efectiva tras declararlo autor responsable de “portación ilegal de arma de fuego de uso civil”. Sin embargo, dicha pena fue unificada con otra en suspenso que tenía pendiente, por lo que se le terminó imponiendo una única sanción de tres años de cárcel.
La sentencia recayó sobre Lucas David Basconsela, un cadete de 25 años de edad, quien terminó haciéndose cargo de la acusación en su contra porque el beneficio de la confesión le permitirá recuperar la libertad en poco más de cuatro meses.
En efecto, Basconsela recibió el mínimo de la pena prevista por la legislación argentina para el delito antes descripto y, al ser unificada con una condena de ejecución condicional que estaba adeudando, accedió a una sanción unificada de tres años de prisión efectiva.
Esta circunstancia le permitirá acceder a la “condicional” apenas cumpla ocho meses entre rejas, precisamente porque el Código Penal de la Nación establece que “el condenado a reclusión o prisión por tres años o menos, que hubiere cumplido un año de reclusión u ocho meses de prisión, observando con regularidad los reglamentos carcelarios, podrá obtener la libertad por resolución judicial, previo informe de la dirección del establecimiento e informe de peritos que pronostique en forma individualizada y favorable su reinserción social”.
Así, Basconsela estará en condiciones legales de dejar la Cárcel de barrio Belgrano a fines de julio próximo.
La sacó barata
Distinta suerte hubiera corrido el joven cadete si, al cabo de un juicio común, recibía una sanción penal superior a los tres años de prisión de cumplimiento efectivo, aunque más no fuera por tan sólo un día. En ese caso, la “condicional” procedería luego de purgar las dos terceras partes de la condena... y los dos tercios de tres años son nada menos que 24 meses “a la sombra”.
Por si queda alguna duda, dos años son exactamente el triple del tiempo que finalmente deberá pasar Basconsela entre rejas, de modo que su confesión de la víspera (haya o no haya cometido el delito que se le achacaba) lo benefició sustancialmente en relación al monto de la pena.
Acuerdo vital
En este aspecto fue fundamental el acuerdo al que arribaron -previo al juicio- el fiscal de Cámara, Francisco Márquez, y el abogado defensor, Marcelo Martín Silvano, quienes pactaron la sanción que finalmente aplicó el juez René Gandarillas.
Basconsela, nacido en Villa María el 13 de enero de 1984, pero domiciliado en Jujuy 89 de Villa Nueva, fue detenido el 25 de noviembre del año pasado en las inmediaciones de la Feria de Scaglia (precisamente en la vecina ciudad), cuando circulaba en una moto junto a otro muchacho.
A raíz de la denuncia de un vecino del sector, quien informó que había dos personas que estaban efectuando disparos al aire, la Policía llegó al lugar y detuvo a los sospechosos tras una breve persecución. En poder de Basconsela se secuestró un revólver cromado calibre 22 corto.
Si bien la “portación ilegal de arma de fuego de uso civil” es un delito excarcelable, Basconsela quedó detenido porque tenía como antecedente una condena de tres años de prisión en suspenso, dictada por la misma Cámara del Crimen villamariense en 2006 por hechos de “encubrimiento” y “robo”.
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