Señor Director:

Me dirijo a usted y por intermedio de EL DIARIO a toda la comunidad, en virtud de que las autoridades de la escuela primaria del Instituto del Rosario han decidido, unilateralmente, cambiar la forma de elección de abanderados y escoltas, al parecer poniéndose en sintonía con el Gobierno nacional en una especie de nuevo plan “banderas para todos”, en el cual ya no se tendrán en cuenta los mejores promedios, buenos  comportamientos y mayores esfuerzos.

De ahora en más habrá abanderados y escoltas sólo por un mes, rotativos, no repetitivos y a elección de los alumnos, como una especie de “mejor compañero”, o concurso televisivo de elección “del compañero más copado” como dicen los pibes hoy,  pero en remplazo del abanderado de mi época que era sin dudas el mejor alumno de la promoción, el mejor promedio y el que se había esforzado por serlo en todos los años de haber cursado la escuela primaria.

Las épocas han cambiado. En la mía, todos mirábamos con admiración y reconocimiento al que llevaba con honor la bandera porque sabíamos que se lo merecía, que nos representaba con orgullo y legitimidad. Hoy parece que todos deben ser abanderados para que nadie se sienta discriminado o marginado, más allá de que tal vez nunca le interesó serlo o se preocupó por esforzase para llegar a tener tan gran reconocimiento.

Inculqué a mi hijo la cultura del esfuerzo para lograr los objetivos, siempre le dije que las metas y los reconocimientos llegarían sólo de esa manera, pero la vida me pone ante un nuevo desafío: el de explicarle por qué los que más se esforzaron, en realidad tal vez no sean los premiados en esta ocasión y sí lo sean en cambio lo que menos méritos han hecho para ello.

Ruego a Dios y a nuestra Virgen del Rosario les otorgue la lucidez a las autoridades de la escuela, en especial a su directora, para que revean este tema y den marcha atrás con esta decisión equivocada, según mi humilde parecer de padre, y de tantos otros como yo que se han esforzado por acompañar a sus hijos en cada ocasión en que la escuela así lo requería, con el objetivo de enseñar con el ejemplo más allá de las obligaciones que cada uno tiene.

El motivo de mi carta es reconocer públicamente el esfuerzo de aquellos alumnos de 5º de la escuela primaria del Instituto del Rosario que a través de todos estos años, hasta hoy, se han preocupado por cumplir con sus deberes como alumnos de la mejor manera posible, y pedirles que, por favor, no dejen de hacer las cosas como hasta ahora más allá del cachetazo que la vida o las autoridades de la escuela les han dado en esta ocasión.

 

Pablo Minuet

DNI 24.119.441