Comenzó la construcción de la platea de base y en los próximos días se iniciará la colocación de la estructura metálica del parador de barrio Santa Ana, espacio que en los últimos veranos potenció “Me matan limón”.
Además, ya se realizaron las instalaciones sanitarias y de agua potable. Así lo confirmó el municipio de Villa María.
Diciembre avanza hacia su final sin entregar la postal que hubo en los últimos años al lado del río: la de paradores en las zonas más concurridas, en donde se ofrecen bebidas, comida y música para disfrutar de la temporada estival.
Tradicionalmente, diciembre y enero son los meses más fuertes para este rubro. En febrero decae considerablemente, de la mano del clima: suele ser un mes lluvioso. Además, en la temporada pasada se sufrió la peor inundación de los últimos tiempos.
El del Santa Ana es el primer parador de una serie de espacios de distintas características que se prevé construir en la costa. Su explotación estará a cargo de actores privados, que surgirán de licitaciones públicas que la comuna se prepara a llamar.
El objetivo del municipio es uniformar los paradores para que todos tengan baños para hombres, mujeres y personas con discapacidad, así como también para que haya ducheros y dotarlos de mejores servicios.
Público cautivo
En las redes sociales se observó la espera de muchas personas por la eventual apertura de “Me matan limón”, que en los últimos seis años se adueñó de la zona del Santa Ana. Ese es el parador más elegido en las temporadas de verano y por eso se instaló la incógnita sobre su apertura o no.
Uno de sus propietarios, consultado ayer por EL DIARIO, indicó que la intención es volver a apostar a ese espacio.
“Calculamos que podríamos volver a estar en enero”, dijo, aunque todo dependerá de lo que surja del llamado a licitación.