Escribe: Juan Manuel Gorno
Hay finales que tienen sus historias mínimas sólo por el lapso de tiempo, ya que también son grandiosas por la influencia en el desarrollo de un partido y, en su defecto, de un resultado.
A los 15 minutos del primer tiempo, hubo un lapso que se detuvo entre la tensión, los nervios, la decisión de uno, la picardía del otro, la desazón y el éxtasis. Se trató de un penal, nada menos, que tuvo como protagonistas a dos personajes de cada equipo que, con sus locuras, suelen ser vitales en los clubes finalistas del torneo.
De un lado, en la ejecución, Lucas Morre, el volante goleador de Colón, el tipo que pide la pelota para patear lo que venga y donde sea, el que se puede pelear con cualquiera porque la vida misma le enseñó a pelear. Y del otro, bajo los tres palos, Leonel Mario Luciani, denominado “Cumbia”, el más excéntrico de los arqueros del fútbol local, donde también tiene la virtud de ser uno de los más “distintos” por su sapiencia para salir jugando, por sus riesgos bien entendidos, por su personalidad o porque, simplemente, nunca traicionó su estilo.
El duelo tiene un prólogo: el propio “Cumbia” salió a cortar y quedó pagando tras una gambeta del habilidoso Le Roux. El árbitro vio penal, cobró y amonestó al portero de Alumni.
El momento de Colón era tan dulce que Morre tenía en sus pies la posibilidad de poner temprano una frutilla para empezar a saborear el postre de la final cuando recién se encendía la hornalla.
Lucas fue decidido, con su zurda, y le pegó a la derecha, tratando de sorprender. Pero “Cumbia” se la jugó hacia ese lado, estiró la mano derecha, sacó la pelota al córner y terminó la historia golpeándose el pecho, con orgullo de vencedor.
El segundo
La historia se repitió, ya que Luciani también le había atajado un penal a Morre durante la fase regular del campeonato. Esta vez fue más especial.
“Se puede decir que el penal fue clave porque arrancar con desventaja iba a ser muy complicado”, reconoció luego Luciani, en diálogo con EL DIARIO, y con el partido sellado 2-0 a favor de Alumni.
La tranquilidad invadía también al guardametas, que destacó a Morre como “una gran persona” y “un amigo”.
“Por suerte se lo pude atajar a él, que es un gran jugador”, añadió.
En ese momento de palabras reflexivas, Morre también reconoció que “si hubiese convertido el penal, el partido era otro”.
De todas maneras, no le restó mérito al ganador del duelo personal: “Leonel es un fenómeno, el año pasado dejó afuera a Colón, atajando tres o cuatro penales; en este torneo me atajó uno (...) Yo hablé con él y me dijo que vio un video donde el domingo pasado crucé los dos penales (...) Eso demuestra que es un arquero vivo; creo que faltó que le dieran una oportunidad en un nivel superior porque está a la altura de las circunstancias”, destacó.
Frases
Así lo vieron
“Es virtud del arquero atajar un penal porque por ahí alguien puede decir que Lucas erró el penal y, la verdad, lo atajó el arquero. Lo errás cuando la pelota se va afuera del arco”.
“En la revancha, tendremos que meter lo que no pudimos meter hoy en el arco rival”.
Martín Conti,
DT de Colón
“Leonel (Luciani) fue importante hoy y en varios partidos, así que es
fundamental para nosotros”.
“El equipo mejoró mucho en el
segundo tiempo, se mejoró y ahora esperamos una revancha más
difícil”.
Víctor Bengoa,
DT de Alumni