Por tercer año consecutivo, la iglesia Evangélica de la calle General Paz 260 abrió sus puertas en la Nochebuena para recibir la Navidad con todos aquellos que quisieran acercarse y compartir la celebración en compañía de otros. Una vez más la consigna fue que nadie pasara solo esa noche tan especial.
Genoveva y Amadeo, dos de los jóvenes que organizaron el festejo, hicieron un alto en la celebración para dialogar con EL DIARIO acerca de la propuesta.
“La idea surgió hace tres años, cuando nos dijimos ‘si la Navidad es festejar el nacimiento de Jesús, que la iglesia esté cerrada es una paradoja’. Entonces pensamos que sería bueno poder abrir las puertas de la iglesia y que venga el que quiera”, explicó Genoveva.
“Hay que hacer pública esta invitación para que la gente sepa, pero ya es el tercer año que hacemos esta cena, entonces creemos que de a poco se podrá ir corriendo la noticia y el que quiera, puede venir, no sólo la gente que está sola, sino también una familia”, sostuvo la joven.
Genoveva dijo que el año pasado se incrementó un poco la cantidad de comensales con respecto al año anterior, y que cerca de 50 personas se reunieron en el templo para pasar la Nochebuena. Este año, un número similar de personas aceptaron la propuesta y acudieron a General Paz 260 para brindar en compañía.
“Quienes vienen acá no son sólo personas solas, sino también familias chicas, con dos o tres integrantes que no quieren pasar solos esta noche, entonces vienen y compartimos. Hay algunas familias de la iglesia que vienen, pero no todas, han venido tres hombres que viven en la calle, personas de la feria de artesanos, gente que tal vez viaja y aquí no tiene familia, la convocatoria es para todo aquel que no quiera pasar la Navidad solo”, afirmó Genoveva.
Amadeo por su parte aclaró que no es sólo ese el sentido, sino que también tiene otro que es el de compartir en familia.
“Yo vengo con toda mi familia porque es lindo compartir”, aseguró.
“Algunos suelen contar por qué están solos, pero en general no vienen con tristeza ni muestras de angustia por soledad, incluso la gente que vive en la calle vino con buen ánimo y se van contentos”, señaló Genoveva.
“Hicimos una pequeña reflexión sobre el verdadero sentido de la Navidad antes de la cena, porque en realidad la Navidad no es comida y regalos, estamos festejando el nacimiento de Jesús y por eso nos juntamos, pero no estamos toda la noche predicando. Después de la cena y el brindis hacemos un bingo en el que los premios son regalos, y estamos hasta que todo eso se termine”, indicó.
“Las personas que han venido se han mostrado contentas, es lindo, porque hay mucha gente sola, o parejas o familias chicas que se suman”, remarcó.
“Para preparar este festejo la gente de la iglesia hizo donaciones, trajo panes dulces, puso dinero para los regalos, colaboraron con una cosa o con otra, todo se hizo a pulmón”, finalizó la joven.