Una Navidad con pocos villancicos y mucho de consumo cercano a la Nochebuena es la síntesis perfecta de lo acontecido durante la fiesta navideña de 2014.
El festejo fue una excelente excusa para que la familia se reúna en torno a una mesa y se lleve la sonrisa de los niños cuando abren sus juguetes en el preciso momento que la pirotecnia (que este año fue escasa) iluminaba el cielo villamariense.
En el recorrido ya clásico de EL DIARIO durante la noche del 24 se vio que muchos comedores no abrieron sus puertas, ya que los días anteriores tuvieron una buena afluencia de comensales y dieron franco a su personal.
Los que sí abrieron trabajaron con reservas anticipadas.
En un fin de año menos convulsionado que los anteriores, la gente permaneció tranquila en su casa cerca de la medianoche, mientras nosotros brindamos con ensalada de frutas en la guardia mínima del Cuerpo de Bomberos Voluntarios de Villa María.
José Ceballos y el enfermero Sergio Dávila del E-100 festejaron y compartieron el brindis acompañados por sus familiares: Alicia, Marcela, “Nena” Reguera y Sofía.
Los niños primero
A las doce en punto de la noche nos acercamos a domicilios de familias tomadas al azar, para fotografiar el momento justo cuando los niños abren sus regalos.
En una de las viviendas posaron para la foto, teniendo como fondo un arbolito navideño, Malena de dos años y Samuel de cuatro meses. Por su parte, Thiago de siete años exclamó ante este cronista: “¡¡¡Grande Papá Noel!!!”.
Raudamente llegamos a otro lugar y Eduardo (8), Leonel Villarroel (3), Joaquín (7) y Simón Grenat (4), junto a Bryanna Barrera (2) se fotografiaron entre un triciclo con motor naftero y otro a pedales.
Calles divertidas
A la espera de la llegada de la gente a los boliches y rondando por la calle, una música nos llamó la atención.
Allí en la casa lograda a través del Plan Procrear, Esteban Panero realizó la inauguración oficial de su nueva vivienda con su familia primero y luego con una convocatoria a sus amigos, el grupo de los ST y de los asados de los viernes, que denominó “Pani Fest”.
Con karaoke de por medio, el evento estuvo regado con diversas bebidas espirituosas y botellas de distintos tamaños.
La movida nocturna
La diferencia de este año con el anterior respecto a las salidas nocturnas y sus espacios físicos fue que las ofertas alternativas eran sólo dos y quedaban los tradicionales de fin de semana.
Y sí, casi naturalmente llegan a las tres de la mañana, esta Navidad recién a las cuatro de la madrugada se podría decir que se apreció algo de gente.
Con un público más grande de edad, Supper Club llenaba su estacionamiento y de a poco sumaba bailarines a la fiesta de la mano de “Peluche”.
Con un target de público más grande muchos esperaron a la salida dos horas, café mediante, ya que se hablaba de distintos controles de alcoholemia en lugares claves, lo que no fue tal.
Lo que sí, que tanto el operativo municipal como el de la Policía provincial era visible e importante para esta época del año en cuanto a prevención.
En Villa Nueva
York es un nuevo espacio bailable que viene funcionando con singular éxito los días viernes.
Queda ubicado en Villa Nueva donde estaba localizado Aruba Summer, espacio que abría sus puertas los días sábados.
En esta ocasión realizó “The Largest”, montando una estructura en forma de quincho ataviado por muchas luces y un excelente sonido en el patio que mira el Ctalamochita.
Allí, con una edad promedio de veinte años, los chicos se llegaron de a poco para esperar la madrugada navideña.
Por su parte, el “imbatible” Quinoto mantiene siempre su promedio de clientes y cada año cuando nos acercamos nos encontramos con más mejoras en su cielo raso o el techado, que ya llega a la totalidad de sus metros cuadrados de superficie.
En el mítico lugar, los habitúes eligieron disfrutar de la propuesta “quinotera” y pasaron la noche ahí.
Para príncipes y princesas
El capítulo aparte, que era de prever, fue “Be One Festival” en el Castillo Greystone, organizado por Jet-Set, Hoock, Rouge y “Hay movida producciones”, y tuvo una concurrencia cercana a las seis mil personas.
Literalmente no se podía caminar sin toparse con alguien.
Perfectamente diseñado, hasta la tradicional puerta de entrada que da al costado, fue abierta otra en el centro del predio, para encontrarnos con dos carpas laterales, una con música de rock, otra de electrónica y un VIP que colindaba con una escalera, para que desde la terraza se pudiera observar hacia abajo.
Las barras ubicadas por todos los rincones daban movilidad a varios que con mucha sed se los vio caminando para llegar a la fiesta.
Nuevamente los remises que no trabajan en su mayoría para estas fechas dejaron a pie a los chicos y chicas que tuvieron que emprender el regreso hacia Villa María. No obstante, el operativo de seguridad estaba aceitado y a saber no hubo complicaciones. Como corolario se podría decir que este año la Navidad no fue tan masiva, con menos oferta, pero más tranquila en lo que respecta a algunas confrontaciones a la vista.
Víctor Alvez
Las fotos
1) Alrededor de seis mil personas concurrieron a la fiesta navideña organizada en el Castillo Greystone
2) Los comedores locales que sí abrieron durante la Nochebuena trabajaron con reservas anticipadas
3) Malena, Samuel y Thiago posan para EL DIARIO con el arbolito de Navidad de fondo
4) Eduardo, Leonel, Joaquín, Simón y Bryanna también recibieron sus regalitos navideños
5) Los protagonistas del “Pani Fest” animaron con su propuesta de entrecasa la noche navideña
6) En York muchos veinteañeros eligieron esperar la madrugada a la vera del río Ctalamochita
7) Quinoto dio nuevamente prueba de su imbatibilidad a la hora de
convocar a los que tienen ganas de divertirse
8) En Greystone la “Be One Festival” se destacó por su precisa organización y los seis mil asistentes que sumaron
9) Los Bomberos Voluntarios que estuvieron de guardia durante la noche de Navidad brindaron con sus familiares
10) Supper Club también hizo su propuesta durante la noche de Navidad
