Apenas observó que el árbitro iba a pedir la pelota para finalizar el partido, Víctor Bengoa giró y abrazó al primero que tenía detrás suyo, un abrazo que luego se agrandó con el resto del cuerpo técnico que lo acompaño en este periplo que concluyó con una felicidad ansiada: ser campeón en Primera.
Bengoa, silencioso trabajador, introvertido y que se pone incómodo ante la consultas periodísticas, sonrió y se emocionó con un logro significativo en lo personal. El, inseparable a su forma de ser, igualmente no buscó el regocijó personal y, en sus primeras palabras, expresó: “Tengo mucha felicidad principalmente por los chicos, que fueron los fundamentales de todo esto. Uno únicamente les dio una mano” porque “realmente disfruté y disfruto mucho viéndolos jugar”.
En ese sentido, valoró que hayan “podido jugar entre casi 25 ó 28 jugadores en este campeonato; con esto no me quiero olvidar de los chicos de cuarta y quinta división que han jugado, más todos los que jugaron hoy (por ayer)”.
“Desde el primer minuto salió lo que se habló, que había que atacarlos porque no podíamos venir a defendernos, menos en esta cancha chica y sabiendo que ellos trabajaban bien la pelota parada, así que teníamos que jugar lejos del arco nuestro”, analizó.
Mientras que, a continuación, describió su sensación como técnico campeón: “Es una felicidad enorme. Es mi primer título y lo quiero disfrutar mucho”.
“Se lo dedico a mi familia, a mi señora, mis hijos… Lo disfruto mucho a este título porque son muchos años que estoy en el fútbol y principalmente he estado en divisiones inferiores, por lo que me reconforta muchísima esta alegría en Primera división”, subrayó.
Y, como cierre, describió las razones del campeonato: “Fundamentalmente fue por el grupo humano que tuve la suerte de dirigir y, sin dudas, porque son todos muy buenos jugadores. Son todos de buen pie, han hecho un gran trabajo y creo que eso fue primordial, al igual que el esfuerzo diario que han hecho estos chicos durante todo el campeonato”.