Con el dolor de la final perdida, pero la entereza de haber caído de pie y reconocido por su público. Muchas emociones se mezclaron en el técnico de Colón, Martín Conti (foto), quien en su primer año como técnico en Primera división, soportó con integridad las derrotas y disfrutó las victorias, todo en una temporada.
Por lo que explicó que terminó con “sensaciones encontradas. Una primera parte en la cual fuimos el primer eliminado y una segunda en la que jugamos hasta el último día. Personalmente, como técnico, me llevó una vivencia que me servirá para seguir proyectándome en esta función”.
Para el joven técnico, en este segundo semestre “hemos acertado con los muchachos que trajimos”, pero, “aun en la derrota, siempre uno trajo algún entrenamiento para hacer y planteado un objetivo para seguir”.
“Creo que guié bien al grupo tanto adentro como afuera de la cancha. Irse sin ningún expulsado es muy valedero porque era fácil hacerse echar, pero mis jugadores no lo hicieron y entendieron el mensaje. Me pongo muy contento por ellos”, subrayó. Además, explicó que “las conclusiones seguramente serán buenas; quizás a Colón no le pudimos dar el título, pero dejamos todo, mi equipo salió con la frente alta de la cancha y aplaudido por su gente”.
“El reconocimiento de la gente es para estos jugadores y cuerpo técnico una humilde recompensa por haber dejado todo. No tengo más que palabras de agradecimiento a mis jugadores, a la comisión, al cuerpo técnico. Nos hemos brindado y llevado todo lo mejor que nos podíamos llevar de acá: la amistad, el respeto, la transparencia y el reconocimiento de la gente, por supuesto”, apuntó.
En otro punto, habló sobre su futuro: “No hablé nada con Juan (Amante), no era el momento y vaya a saber qué me depara el destino. Esta es mi casa, acá jugaron mi papá, mis tíos, primos, he jugado yo, lo dirigí con mi primo (Leo Comba), esta vez me tocó a mí… Cada rincón de este club me trae un recuerdo de cuándo era chiquito y por eso siempre va a ser una satisfacción. Si se da (la continuidad), bienvenido sea, y si no alguien deberá valorar nuestro trabajo y volver a confiar”.
“Si nos toca irnos, será sin rencores; la comisión resuelve quién se queda y quién no, uno debe aceptar, y si no se da, buscar nuevos horizontes. Me siento con la capacidad de dirigir, he sido feliz aun en las derrotas y es algo que llevo en mi sangre, lo tengo adentro y lo siento como futbolero que soy. Y si me toca irme, daré la mano y me iré por donde entré, que es la puerta grande del club”, concluyó.