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Aldo Ferrer. Foto 2: Ferrer da su visión en el Royal House |
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A los ochenta y dos años, y con más de medio siglo de protagonismo en la vida política argentina, el economista Aldo Ferrer dejó en la Villa su visión sobre las posibilidades del país en un contexto de crisis mundial, “la más importante desde la segunda guerra”.
Apelando en forma constante a la experiencia histórica argentina (fue ministro de Economía de Arturo Frondizi y de Roberto Levingston, entre otros cargos), destacó que es momento para discutir la estructura productiva y que el sistema está ordenado para enfrentar la crisis internacional.
“Tenemos que discutir la estructura productiva: tenemos que tener mucho campo y mucha industria y no podemos tener tipos de cambio iguales para todos. Necesitamos sostener al conjunto de la actividad productiva y aquí está la dificultad. El no discutir los problemas en su instancia real complica la solución”.
Ferrer dejó el concepto, en una rueda de prensa realizada en el primer piso del Howard Johnson, momentos antes de dar su conferencia a sala llena en el salón del Royal House.
“Uno de los déficit que tenemos, es la dificultad de discutir los problemas en sus bases reales. El problema de las retenciones no es de renta. Es un problema que tiene que haber diferencia en los tipos de cambio. Tenemos que tener tipos de cambio diferenciales y desde esa perspectiva no es un impuesto. Después habrá que ver qué se hace con la plata...”
En plena pampa gringa, el economista remarcó: “Los problemas del campo se deben discutir en el marco del país, es irrevelante discutir cinco por ciento más o cinco por ciento menos, hay mucho que avanzar en este tema.”
@ “Pensar el país”
El economista que integró el Grupo Fénix y ocupó relevantes cargos con Raúl Alfonsín y Fernando de la Rúa comenzó diciendo que no hay tarea más importante que pensar el país.
“No hay tarea más importante hoy, en un mundo que está cambiando tan rápidamente, que pensar el país. Porque está la posibilidad de construir una gran Nación moderna, avanzada, con base agropecuaria y va a depender en gran medida de la lucidez que tengamos.
La realidad nacional está determinada en un escenario interno extremadamente complicado y en una crisis sin precedentes desde fines de la Segunda Guerra Mundial que tiene consecuencias sobre la economía real.
Hubo muchas crisis desde la Segunda Guerra Mundial pero fueron problemas puntuales en sectores.
Lo característico de esta crisis es que es general y con un impacto muy fuerte en la economía real. Estados Unidos y Europa sienten que ha disminuido su riqueza, baja el consumo y empieza un proceso de contracción. Esto se refleja en el comercio internacional que naturalmente repercute en países como el nuestro.
En nuesto caso nos afecta por dos vías, por un lado las exportaciones, los precios, los ingresos y por el otro las expectativas. Hay un contagio de mala onda y esto repercute”.
Acompañado por Eduardo Accastello y Néstor Gostanian, el autor de “Vivir con lo nuestro” (editado por primera vez en 1983) se mostró optimista.
“La economía argentina salió de la crisis sin pedirle nada a nadie. Y el sistema bancario argentino no entró en esta cosa especulativa de carácter global y hoy está sólido.
Se ha recuperado el equilibrio fiscal, el sistema monetario está pesificado y curiosamente para nuestra experiencia el impacto financiero de la crisis mundial ha sido moderado. Tiene en cambio un efecto fuerte en el plano real, por el comercio exterior, por los ingresos y por las expectativas, genera un clima de incertidumbre y por nuestros propios problemas. Los conflictos, la falta de diálogo, la dificultad que tenemos para discutir las cosas con suficiente racionalidad, lo cual configura un clima de malestar, de crispación, de pensar que estamos en una situación límite, cuando en realidad no lo estamos.”
Seguidamente agregó: “No, porque no tengamos problemas, sí los tenemos pero de ninguna manera situaciones complejas como hemos vivido. Lo que diferencia la situación actual, en nuestra experiencia histórica, son dos cosas: la Argentina tuvo a largo plazo tensión en conflictos, esto nos llevó durante más de cincuenta años a que cuando las tensiones eran inaguantables se producía una fractura institucional, más de medio siglo con alternancia de gobiernos de facto y la otra es que aún dentro de la democracia cuando las situaciones eran muy extremas terminaba en la hiperinflación o en el desorden económico y se barajaba de nuevo.
Nosotros tenemos una experiencia histórica que cuando las tensiones son muy extremas, el sistema se rompe.
Y tenemos que entender que las tensiones hay que transformarlas en el marco de las instituciones. Y hoy se están dando, en un sistema todavía ordenado no hay hiper, hay contracción.
Los conflictos los tenemos que resolver en el marco de la ley, si somos capaces de hacerlo nuestra capacidad de repechar en el escenario internacional son altas.”
@ “Tenemos los elementos”
“Es un país que tiene dos segmentos que son fundamentales: la alimentación y la energía. Tenemos los elementos para sostener un crecimiento y enfrentar los problemas que sí tenemos, que son la pobreza, la integración territorial. No estamos en un escenario caótico y podemos resolver los problemas en el marco de las instituciones si nos comportamos todos los actores con suficiente racionalidad”, concluyó.
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