En este 2015 que recién ensaya sus primeros pasos, las inmobiliarias de Villa María no prevén grandes cambios en materia de alquileres con respecto a años anteriores. Es decir, con mucha demanda de inmuebles en departamentos y casas, para una amplia oferta en el primer rubro y una muy baja en el segundo. Con todo, la mayoría de los referentes del sector inmobiliario local hablan de un moderado, aunque cada vez más prominente, aumento de clientes, situación que se equilibra a partir de la construcción de edificios y complejos habitacionales en la última década.
En ese sentido, los estudiantes continuarán siendo los principales sostenes de la actividad, sobre todo debido a la apertura de nuevas carreras en la Universidad Nacional de Villa María (UNVM), como es el caso de Medicina, y en los diferentes institutos terciarios villamarienses. Pero además, al escenario se le suma un colectivo que ha ido creciendo con bastante fuerza en la ciudad, aun cuando lo haga en silencio y sin cifras oficiales. Es el de los trabajadores llegados desde ciudades tales como Buenos Aires y Rosario, quienes arriban al centro de la provincia de Córdoba para desarrollar tareas en empresas que se han ido afincando en la zona.
El 70%
“Nosotros esperamos ansiosos el movimiento que se empieza a dar a partir de febrero, con el arribo de los estudiantes. En este momento la cosa está medio parada, aunque es normal para la época”, comentó Paola Escarafia, de Inmogroup Bienes Raíces. Según ella, los universitarios continúan siendo el sostén cardinal de las inmobiliarias locales, campo que sigue disfrutando de buena salud.
Algo similar opinaron desde Fernando Saires Servicios Inmobiliarios. Su titular, contó que aproximadamente el 70% de los arrendatarios son estudiantes y que muchos de ellos se quedan luego a vivir en la ciudad. “Ocurre un poco lo que pasaba con los villamarienses que nos íbamos a estudiar a Córdoba y, una vez terminada la carrera, nos quedábamos allá. Ahora buena parte de los chicos que llegan de los pueblos y ciudades vecinas para titularse, terminan afincándose aquí”.
Consultado sobre si tal fenómeno no podría generar un estancamiento de la oferta, Saires desestimó esa situación “ya que la construcción de departamentos en años recientes y los que se seguirán levantando, de alguna manera van a solventar ese crecimiento del padrón”.
“Otro cambio que vemos es por el lado de los tiempos. Antes ya en noviembre o diciembre se firmaban los contratos para febrero. Hoy la gente especula un poco más y viene a cerrar el acuerdo muy cerca del inicio de clases”, agregó.
Pocas casas
El problema, en todo caso, se da con las casas. La totalidad de los referentes inmobiliarios consultados por EL DIARIO hablaron de la escasez de viviendas de este tipo. “Actualmente hay muy pocas casas en alquiler y eso a veces es un problema, esencialmente para las familias que llegan desde afuera, que son las que usualmente piden esa clase de inmuebles”, aseguró Rodolfo Arias, de Inmobiliaria Centro. Con casi 35 años de experiencia en el negocio, el propio Arias dijo que “varias de dichas familias vienen a trabajar en grandes firmas, instaladas en épocas recientes”.
Al respecto, Escarafia subrayó el importante rol que el sector está jugando en el mercado de los arriendos “Es una modalidad que cada vez da mayores resultados. Personas con trabajos en empresas grandes y buenos sueldos, que son enviados a trabajar a Villa María y constantemente llaman para preguntar por alquileres”, indicó y agregó que “generalmente, estos clientes suelen buscar casas e incluso quintas en los barrios más acomodados”.
Algunos números
En relación a los precios, cabe decir que los aumentos van emparejados con los índices inflacionarios, que anualmente giran en el orden del 25% y el 30%. Así, la tarifa promedio para alquilar un departamento de un ambiente en la zona céntrica es de 2.000 pesos mensuales, aunque también se pueden conseguir desde 1.600 y hasta los 2.200 en la misma área de la ciudad. Cuatro años atrás propiedades de similares características costaban entre 700 y 900 pesos.
Un departamento de dos dormitorios, en tanto, sale entre 2.500 y 3.000 pesos, mientras que oscilaban los 1.000 pesos hace cuatro años.
En cuanto a las expensas, hay que esperar pagar entre 300 y 700 pesos, dependiendo si se trata de un complejo o un edificio y de si tiene, o no, ascensor y seguridad privada.
Mucho más caras están las pocas casas que se pueden encontrar. La variable de precios es muy significativa de acuerdo al barrio en el que se ubican. El tamaño estándar (dos habitaciones, patio y cochera) promedia los 4.300 pesos. En barrios como Las Playas, San Martín y San Nicolás oscilan los 2.600 pesos, mientras que en distritos “alta gama”, como Palermo y Santa Ana, se necesita abonar unos 6.000 pesos, lo que significa más del doble que en los lugares anteriormente citados.
Ante la consulta de nuestro matutino, Arias se sinceró reconociendo que “a mi entender hay alquileres que están un poco caros, que no se condicen con los sueldos de la gente. Hoy un trabajador común gana 6.000 pesos y le es difícil poder pagar. Por eso, y por otros particulares, algunas veces tenemos retrasos con los pagos y eso trae complicaciones”.
A la hora de firmar
Para alquilar un departamento o una casa a través de una inmobiliaria, el arrendatario necesitará presentar un recibo de sueldo, en el caso de los trabajadores independientes deberán presentar un certificado de ganancias hecho por contador, y dos recibos de sueldos de familiares o allegados, quienes harán las veces de garantías. Cabe mencionar que en algunos casos se empezó a pedir garantías mayores, tales como un terreno o una vivienda.
Al momento de la firma se pagará también la comisión inmobiliaria, que representa el 5% del contrato total de dos años. Por ejemplo, un inmueble que cuesta 2.000 pesos por mes representa 2.400 pesos de comisión. A veces también se solicita incluso un depósito, que se devuelve al finalizar el arriendo, equivalente a un mes de alquiler.
Otro detalle importante a tener en cuenta es que los aumentos en los precios de los alquileres, que ya están estipulados en el contrato, ya no se dan anualmente, sino que se producen semestralmente y en un 12,5% aproximadamente. En tanto, para anular un contrato previo a su finalización, el mínimo a respetar es de seis meses y se debe pagar una multa que es el equivalente a un mes y medio de alquiler, si se anula antes de cumplido un año, o de un mes, si se rescinde el contrato después de un año.
Las fotos
1) Los departamentos son el tipo de vivienda predilecto de los estudiantes que llegan a la ciudad
2) Aunque con menos demanda que departamentos y casas, los locales comerciales también forman parte de la oferta inmobiliaria local
3) Las casas son la “vedette” del momento. Mucha demanda y poca oferta son las palabras que definen la actualidad del rubro en la ciudad