Un 6 de enero de 1985, Gustavo Vílchez ingresó a trabajar en la televisión. “Estudiaba Administración de Empresas, pero tuve que laburar y no terminé”, dijo el conocido camarógrafo y alma de la señal local de TV, conocido por todos como “Pingüino”.
Aprendió “mirando a Julio ‘Loco’ Lépore, que era el que más sabía en esa época”, recordó.
Fue adaptándose a los cambios tecnológicos y en su memoria quedan los recuerdos de las imágenes de 30 años de la historia de Villa María.
No puede dejar de sonreír cuando recuerda alguna anécdota, como la que ocurrió un domingo en misa, cuando una cámara fija que dejó enfocando al obispo que oficiaba la celebración cayó unos centímetros, dejando sólo la imagen del pecho hacia abajo”.