La noche del rock fue el cierre de la edición 2015 de Aquarama y además un espacio más que especial y merecido para las bandas locales. Poco antes de las 20 las agrupaciones comenzaron a hacer sonar los acordes en el escenario del Club Bell, por primera vez desde el regreso de este convocante Festival bellvillense.
Sergio Sosa, uno de los responsables y abanderado de esta movida, dijo a EL DIARIO que fue "una noche inolvidable", aunque marcó que "la edición de este Aquarama fue muy muy buena".
De inmediato, Sosa agradeció "en principio a la Municipalidad de Bell Ville y en particular a los funcionarios que confiaron en esta propuesta que elevamos y que no dudaron en apoyarla. Gracias totales a José Antonio Alonso y Gerardo López y al intendente Nelson Ipérico, que tomó la decisión de concretar el evento. De la misma manera a cada uno del personal municipal que le tocó formar parte de la estructura. A la Dirección de Prensa y a mi querido amigo Oscar Villarroel por todas las manos” y a David Picolomino, quien lo acompañó en la tarea de coordinar.
A la hora de repasar la grilla de artistas, el coordinador expresó que vale para ellos "un gran agradecimiento, a nuestros artistas, que demostraron estar a la altura de las circunstancias y que eran el principal objetivo de este evento, que ellos tuvieran la posibilidad de mostrar su arte en un evento con la puesta que tuvo". Así, vale destacar que aportaron su repertorio La Gustosa, Bajo Psicosis, Aquarella, Oro Falso, Pripyat (con integrantes de Bell Ville y Morrison), Misterequis, Marcela Orge y la Compañía de los abrazos, El Ensamble Rock y la legendaria y "querida" La Guttem Band.
Los organizadores marcaron que el público acompañó en número considerable y "disfrutó del evento apoyándolo, aplaudiendo y vivando a nuestros artistas, a los que recién comienzan y a los que ya tienen una trayectoria. Fue emocionante ver a la familia reunida, disfrutando y tomando al evento como propio".
Homenajes
"En el desarrollo del evento rendimos un humilde pero sentido homenaje a uno de los referentes de nuestro rock como es Luis D’aquila, nos acompañó Magalí Cabrera, un ejemplo de lucha y de alguna manera bautizamos al escenario del rock en una propuesta para tomar a futuro con el nombre de Christian Roth, a modo de homenaje también a uno de los nuestros, que nos representó en tantos lugares de la escena nacional", narró Sosa.
Por último, agradeció la colaboración y participación recibida por "toda la gente del Club Bell por la predisposición, a los scouts, a la Cooperadora del Hospital y a los trabajadores de los medios de comunicación, también al personal de seguridad de la Policía y Municipal y a todos los que estuvieron en la estructura y posibilitaron que tuvieramos una verdadera fiesta".
"Considero en lo personal, que este fue un evento especial, un sueño cumplido, un evento de magnitud y la noche de rock en Aquarama compone un festival con la puesta de los grandes eventos nacionales, pero en casa y con nuestros artistas, los que pudieron hacer lo suyo en el primer nivel de la cosa y será sin lugar a dudas, un momento inolvidable. A todos los grupos y solistas que no pudieron ser parte de la grilla, agradecerles también el haber apoyado y el seguir apostando a la cultura. Este es otro comienzo, otro más, y debe servirnos para seguir haciendo cosas y para volver a mirar a todos los talentos que tenemos en la ciudad", reflexionó tras arduos días de trabajo el comunicador.
Para adjetivarlo, Sosa dijo que el evento fue "mágico, inolvidable, fuerte y con mucha energía. El rock goza de buena salud en Bell Ville y seguiremos apostando a él, ahora vamos por más para éste y otros eventos y que la comunidad tiene que apoyar. Es la forma de crecer laburando en equipo y buscando siempre mejorar, esta fue una apuesta también a futuro y demostramos todos los que fueron parte, que hay equipo".
No descartó que pudo haberse olvidado de alguien a la hora de los agradecimientos y a pesar de la extensa lista, por lo que cerró manifestando su "gracias también el apoyo de la familia y los amigos".
Orquesta estable
Además de la noche completa dedicada al rock, Aquarama también tuvo por primera vez la actuación de una orquesta estable, con 30 músicos, compuesta por integrantes de la "Banda Ernesto Alfonso Bianchi" y dirigida por Rubén Márquez.
A ella se sumó el lujoso gusto en el saxo de Julio Botti, virtuoso bellvillense radicado desde hace varios años en Nueva York.
Por otra parte, alumnos de la Banda de música bellvillense participarán en la apertura de Jesús María, que inicia su edición de Oro mañana por la noche.