Recientemente, la Peatonal de Villa María cumplió dos años de vida. Tiempo más que suficiente como para que comerciantes e instituciones locales relacionadas con la actividad, puedan expresar sus opiniones acerca de los resultados que ha tenido esta modalidad de calle cerrada al tránsito. Haciendo foco en el particular, EL DIARIO consultó a algunos referentes del sector, quienes dejaron un variopinto e interesante portfolio de puntos de vista. Amalgama que incluye mayoría de elogios, pero también críticas.
Elogios
“Nos ha favorecido totalmente. No sé si tanto en el rubro de facturación: nosotros seguimos vendiendo igual que cuando no estaba la Peatonal. Lo importante en cualquier caso pasa por lo lindo que queda, el movimiento de gente caminando, lo que hace más placentero el trabajo”, comenta Alejandro, cuyo apellido da nombre a Joyería Caruso. El local, fundado en 1925, lleva 75 años funcionando en calle San Martín “Tenemos mucho tiempo, como empresa familiar, en esta ubicación, y podemos decir que ahora es cuando más bonita está”.
En la vereda del frente (literalmente), Federico “Tito” Bianchi, de Percal Telas, brinda una lectura similar “para nuestra firma yo diría que es prácticamente lo mismo, el rubro no cambió con la llegada de la Peatonal. Salvo algunas particularidades a resolver, no tenemos mayores quejas. Y la verdad es que ha quedado muy linda”, asegura. Su negocio también es un clásico en el sector “del 0 al 100” de San Martín, con 26 primaveras de trayectoria. “Igual creo que a los que realmente benefició fue a los bares”, agrega Bianchi.
Respecto a esto último, absolutamente todos los comerciantes encuestados expresan lo mismo: los más beneficiados con la construcción del paseo han sido los bares y afines. En concreto, La Madrileña, El Café de la Música y la Heladería Santa Cecilia. El caso subrayable es el del primer local, que dos años atrás apenas recibía clientes, y tras la ampliación de la vereda (y por ende el aumento de números de mesas en el exterior), revirtió completamente la situación.
Por su parte, los dueños de la tradicional Joyería y Relojería La Suiza, definen a la Peatonal como un “aporte positivo”. Quien opina es Leticia Macariani, nieta del fundador del negocio (inauguró hace 76 años), y actual encargada de su funcionamiento: “Ha quedado más bonito y más “turístico” ¿Si nos generó mayores ventas? Me parece que no, pero tampoco nos perjudicó”. Macariani sostiene que, sobre todo la gente de edad (propietarios y clientes), estaba “muy enojada, con miedo”, cuando se presentó el proyecto: “Muchos dueños pensaron que les iba a ir súper mal, porque experiencias pasadas habían sido malas. Y al final no fue así”, recuerda.
Críticas
Pero no todas son flores para el paseo: distintos comerciantes dicen haberse visto muy perjudicados desde la materialización del proyecto, que fuera anunciado oficialmente a principios de 2010. Es el caso de Julia y Silvio Angelone, titulares de la firma nacida en 1948 (y que adoptó domicilio en calle San Martín en 1993). “A nosotros las ventas nos bajaron entre un 60% y un 70%, fácil. Nos perjudicó un montón”, sostiene Julia, y ensaya una explicación “tenemos muchos clientes ancianos, que daban la típica vuelta en auto y miraban la vidriera desde ahí, por comodidad, y que incluso después nos decían “ayer pasé en el auto y vi la alfombra que me gusta”, eso naturalmente se terminó”. Silvio, en tanto, enfatiza en como la prohibición del paso del transporte les jugó en contra: “Nuestra empresa se maneja con mercaderías que vienen en bultos grandes, de ahí que muchos distribuidores directamente dejaron de traernos pedidos ¿Dónde van a estacionar, si acá está cerrado y las cuadras aledañas colapsadas por el tráfico?”, se pregunta.
Idéntica queja presenta César Villegas, de Foto Imagen. El trabajador señala que un importante número de comisionistas dejaron de visitarlos, por la imposibilidad de estacionar en la zona, y el tiempo que pierden a raíz de ello: “Igual pasa con los clientes: en otros laboratorios fotográficos se estacionan en doble fila, dejan o retiran el pedido y se van. Se les hace más cómodo”. Según Villegas, las dificultades expuestas han hecho que el local pierda hasta un 50% de operaciones. “El trabajo nos disminuyó sensiblemente”, apunta.
En lo que todos coinciden, es en la necesidad de aumentar la cantidad de cuadras peatonales en el rededor “Si agregaran cuadras la gente vendría más, se justificaría más para ellos el buscar estacionamiento lejos a los fines de comprar o simplemente pasear en la zona”, reflexiona Macariani.
También resulta un reclamo común, tanto de dueños como de ciudadanos en general, la urgencia de contar con árboles de verdad en el área “Ayudaría un montón: los días de calor el sol pega fuertísimo, y la sombra es súper necesaria. Y estimularía las ventas, claro”, considera Bianchi.
La opinión de Acovim
Desde la Asociación Civil de Comerciantes de Villa María (Acovim), uno de los principales impulsores de la Peatonal, también opinan sobre el tema: “Más allá de cualquier crítica que pueda surgir, lo cierto es que el efecto que ha tenido la Peatonal en estos dos años es evidentemente beneficioso y positivo. Villa María precisaba el espacio en la necesidad de modernizarse, y así se hizo. Además, ayudó a que casi todos los negocios mejorarán el frente del local, y a que no haya más cables, mejorando la visual del centro de forma contundente”, manifiesta Raúl Ponso, vocal de la entidad.
En relación a las críticas vertidas por algunos comerciantes, Ponso declara: “La mayoría de los comercios de la cuadra se han beneficiado, el 80% o 90% están conformes con la peatonal. Que algunos se hayan perjudicado, puede ser. Pero yo creo que eso no tiene que ver con el tema de que ingresen o no los autos”.
Pepo Garay