Días atrás, los responsables de Nuestro Río presentaron un informe ante directivos, docentes, papás, alumnos y público en general, donde además agradecieron a todos y cada uno de los que participaron del Programa Educativo Ambiental Nuestro Río del año 2014.
Manifestaron allí sentirse "orgullosos de poder aportar en la formación de jóvenes hacia una conciencia ambiental". En ese marco, dialogaron con EL DIARIO y expresaron que no volvieron a ser convocados para estudios a realizarse en la cuenca, tal como se había propuesto tras la crecida histórica de marzo. También afirmaron que hubo cambios en el río Ctalamochita que incluso los obligó a modificar y reforzar su metodología de trabajo: "Hay un antes y un después".
En Bell Ville, Diego Pardo integra junto a José Serra el emprendimiento recreativo y ambiental Nuestro Río.
Con dos gomones, como los utilizados para rafting, comenzaron en 2008 con la idea de un proyecto educativo ambiental destinado a alumnos de escuelas locales. A la par creció una alternativa recreativa para los lugareños o visitantes, pudiendo aprovechar o descubrir una majestuosa riqueza en medio de la pampa gringa.
En el caso de Bell Ville, el río divide al medio a la ciudad y obliga a que casi toda la población a cruzarlo cada día. La opción que proponen, como en otras localidades similares (Villa María), es disfrutarlo, saber, conocerlo: “Se hizo el mito de peligroso y sucio, pero no es así”, aseguró.
Convocados
“Nos llamaron, presentamos presupuesto y no tuvimos respuestas”, dijo Diego Pardo sobre la participación para la conformación de la cuenca del río Ctalamochita que convocó a una reunión en el salón Walter de Navazio de la Municipalidad de Bell Ville, junto a más de una veintena del municipio y la Universidad Nacional de Villa María (UNVM).
Respecto a qué pasó, el director de Nuestro Río dijo: “No sabemos, tuvimos varias reuniones incluso antes de la crecida (durante 2013) y donde manifestamos nuestras ganas a través de Marta (Rodríguez)”, la titular de la carrera de Ambiente de la UNVM.
Más profundo
Respecto a los cambios que notan en el río, ya que ellos trabajan sobre 47 km, entre Morrison y Monte Leña (de un total de 300 que tiene el Ctalamochita, aproximadamente), Pardo indicó que “ha cambiado, nosotros que de chicos crecimos con el río, fuimos viendo las diversas crecidas, todos los años cuando no se regulaba. Hoy después de la crecida de febrero-marzo está más profundo, entre 50 y 70 centímetros en algunos sectores. Por ejemplo, donde antes parábamos con los gomones antes nos daba a la rodilla y ahora a la cintura, aunque no hicimos un relevamiento preciso”.
Por otra parte, descartó que haya incrementado su velocidad al aumentar su caudal. Pardo aclaró que “no ha variado su velocidad de manera notable, no hay diferencia, si bien un estudio de la Universidad Nacional de Córdoba (UNC) indica que está medio kilómetro por hora (km/h) más veloz”.
La crecida “fue un impasse, pero que fue vencido rápido el miedo” y sumado a esos cambios en el cauce “nos obligó a realizar más reuniones de preparación, reforzamos las charlas, lo relevamos y nos lanzamos. Fue un antes y un después”. Claro que además se complicó en lo económico, pero sabemos que lo vamos a superar”.
Educativo
En cuanto al proyecto educativo, Pardo repasó que trabajan con casi 500 chicos, de ocho escuelas de Bell Ville y desde 2014 con una de Justiniano Posse. Además, estuvimos iniciando charlas con escuelas de Villa María (cinco), pero nos desbordó nuestra ciudad. Sin embargo, la idea es sumar Villa María. Lo que pasa es que el proyecto dura un año, vamos primero al aula y tenemos varios encuentros teóricos, de concientización y aprendizaje, para al final subirnos al gomón, que vendría a ser como un premio. Así lo toman los chicos, porque es la manera de premiar a los que laburan”.
En su filosofía, Pardo afirma: “Si logramos incorporarlo al río en nuestra vida a edad temprana, estaremos con seguridad formando seres amigables con el medio ambiente, que se irradiarán a otros lugares con similares características, custodios del mañana y transmisores del legado”.
Ambiental
Desde el año pasado, Nuestro Río implementó que “quienes participan del proyecto, las escuelas, deben aportar cartón, aluminio y PET para reciclado. Así, nosotros logramos sumar entre 30 y 40 por chico, un total de ocho toneladas, y en 2015 podamos llegar a 50, para superarnos año tras año, sumar una tarea más ambiental que haga al cuidado de lo nuestro”.
Los fundadores: Educación en acción
“Nuestro Río es una forma concreta que tienen los chicos de aprender a cuidar el medio ambiente, experiencia que quedará en sus recuerdos en el mañana. A comienzo del año, gran parte de la población bellvillense y de la región sufrió el embate de las aguas descontroladas del Ctalamochita, como hacía décadas que no sucedía. Estas cambiaron el escenario, pero no cambian el desafío de zarpar nuevamente para comprender que el río late; está vivo y que a lo largo del tiempo nos envía señales, señales que debemos aprender a interpretar. En ellos, nuestros niños, ponemos la semilla”, dijo José Serra, presidente de la entidad.
“Trabajamos sobre tres ejes fundamentales: educación-seguridad-ambiente”, afirmó Diego Pardo, director del emprendimiento.
Y fundamentó: “En la Fundación Nuestro Río somos un equipo de profesionales integrado por personas con la misma intención de trabajar en forma interdisciplinaria para garantizar el cumplimiento de cada uno de los proyectos que se llevan adelante. Nos ocupamos por ser un equipo con el mismo sueño, con la misma responsabilidad y con capacidad en la conducción de grupos de niños y adolescentes”.
“Desarrollamos el Programa Educativo Ambiental Nuestro Río, dicha capacitación está dirigida a alumnos de 6to. grado de todas las escuelas primarias de la región teniendo como principal objetivo el cuidado del medio ambiente, utilizando como herramienta principal de comunicación el río Ctalamochita”, agregó.
Inversiones
La Fundación Nuestro Río incorporó recientemente un vehículo totalmente adaptado y acondicionado para el traslado de alumnos y usuarios de las diferentes actividades. Cuenta también con dos trailers, cuatro gomones, 100 chalecos salvavidas para niños y adultos, 32 remos, cuatro handys, una cámara de fotos resistente al agua y dos botiquines de primeros auxilios.
Los gomones fueron diseñados y construidos especialmente para navegar en el río Ctalamochita, con un largo de 4,50 metros y un ancho de 2,40 metros, con capacidad máxima para 12 personas o 1.040 kilogramos.
Dichas características los hacen muy fáciles de conducir y maniobrar, lo que se traduce en seguridad. Personas de cualquier edad pueden subir a las embarcaciones, ya que su gran tamaño las hace confortables, estables y seguras a la hora de navegar.
RECONOCIMIENTO De la Secretaría Pyme de la Provincia: Seleccionada por “Ideas Emprendedoras”
La Fundación Nuestro Río fue seleccionada entre las 10 mejores "Ideas Emprendedoras" del concurso propuesto por la Secretaría Pyme del Ministerio de Industria de la Provincia de Córdoba. La formulación del proyecto fue realizada con el apoyo y colaboración de la Fundación para el Desarrollo Local de Bell Ville.
El reconocimiento y premiación a Nuestro Río fue otorgado por la originalidad y potencialidad en su contribución al desarrollo socio-productivo de la provincia. Para ello, los criterios de evaluación fueron la sustentabilidad del emprendimiento, inserción en el mercado, generación de empleo, contribución al desarrollo local, valor agregado, cuidado del medio ambiente y vinculación con el entorno. Nuestro Río es una organización sin fines de lucro que nació en el año 2012, con el compromiso y vocación por la educación y el medio ambiente, trabajando sobre tres ejes fundamentales: educación, seguridad y ambiente. Esta organización bellvillense cuenta con el trabajo directo e indirecto de 15 personas que brindan capacitación a alumnos de 6to. grado de todas las escuelas primarias de Bell Ville y la región, teniendo como principal objetivo el cuidado del medio ambiente, utilizando como herramienta de comunicación el río Ctalamochita.
Además, la Fundación cuenta con estrictas normas de seguridad y recursos técnicos necesarios para esta actividad, que han permitido a lo largo de estos tres años tener más de 300 bajadas de las balsas al río, brindando capacitación y sensibilización a 3.052 personas. A los largo de estos años participaron de estas actividades ocho escuelas primarias y ya se sumaron a las travesías las localidades de Justiniano Posse, Cruz Alta, Alejo Ledesma y Canals.
Para que este emprendimiento educativo ambiental pueda desarrollarse y continuar, la Fundación cuenta con el acompañamiento de empresas locales (Licari SA, Cooperativa de Trabajo Sudeste Limitada, Rivera Hogar, Baiocchi Hnos. y Mutual Sudecor) y ofrece otras propuestas que la financian como las flotadas recreativas, flotadas corporativas y turismo educativo.
“Nos propusieron entre 120 proyectos de la provincia y quedamos seleccionados entre lo 10 mejores. Cuando compramos la primera balsa nos planteamos 1.000 días para que esto comience a funcionar y en la sumatoria había una gran inversión, llevamos unos 800 mil pesos y estamos por los 900 días (restó la inundación)”, narró Pardo.