Viviana Olivero, la mujer que sufrió un asalto en el Hospital Villa Nueva en septiembre pasado, desmintió ayer a la secretaria de Salud de la Municipalidad de Villa Nueva, Sandra Bossa, y dijo que con su relato en Tribunales sobre lo ocurrido durante el hecho delictivo “comenzó a destaparse la olla”.

EL DIARIO publicó el miércoles que Olivero quedó fuera del nosocomio luego de aquel suceso, en el que había sido maniatada y quemada. Según le aseguró Bossa a este medio anteayer, la salida de la trabajadora no estuvo vinculada al ilícito, sino que se debió a la ausencia de título profesional. La funcionaria también sostuvo que se le ofreció el traslado a otra área de la comuna, pero que Olivero no había aceptado.

Todo esto fue desmentido por la exempleada de la comuna en la víspera. “Jamás se me ofreció otro lugar. Luego del asalto, comenzaron a tratarme horriblemente mal, tanto la instructora de enfermería como la señora Bossa y el director Manuel Sáez”, aseguró en diálogo con este cronista.

“Empezaron a negarme los días para poder ir a clases (estudiaba Enfermería), algo que me daban hasta el asalto y que además deben concederlo por ley. También quisieron bajarme el sueldo a $2.400, cuando antes ganaba $4.600”, agregó conmovida.

“Estoy indignada porque a todo esto también lo sabe Daniel Sosa, del Sitramun. En su momento le expliqué que nunca me ofrecieron otro lugar. A Sandra Bossa, cuando ocurrió todo esto, le dije que vivía de este trabajo, que tenía un alquiler que pagar, una hija, y a ella no le importó absolutamente nada. Me dejaron en la calle”, señaló.

Además, la entrevistada -abordada de manera telefónica porque no se encuentra en la ciudad- comentó que “en la Fiscalía saben muy bien qué pasó en la noche del robo”.

“Quiero limpiar mi nombre, porque tanto Bossa como el director Sáez me están ensuciando por todos lados. Jamás mentí, dije realmente lo que pasó esa noche. Tuve que aguantarme que me quemaran con agua caliente, que me pegaran patadas en las costillas, en la cabeza”, aspectos que están “certificados ante la Justicia con tomografías computadas, por lo que no puedo haber mentido”, reveló.

“Hasta dijeron que me pegué sola, algo imposible”, añadió.

“A las dos semanas o a las dos semanas y medio de ese asalto, me echaron”, reiteró. Cuando se le preguntó sobre cuáles fueron los argumentos del despido, precisó que le dijeron “que no podían darme los días para el cursado -algo que antes me cedían- y que tomaban la decisión de tener solamente a enfermeros profesionales, siendo que a la otra enfermera que no tenía el título la promovieron a Mesa de Entradas”.

“Sin decirme nada me dejaron en la calle, sin pagarme mes de adelanto ni nada, sólo con dos mil pesos”, aseveró y puntualizó que hasta entonces era facturante.

“Bossa es de las peores personas que he conocido en mi vida, no puede decir en EL DIARIO que me ofreció otro lugar, cuando por favor le pedí que no me dejara así, hasta me ofrecí a lavar pisos. Acepté que me bajaran el sueldo a la mitad con tal de no quedarme sin nada, pero a los días me comunicaron que no tenía que ir más”.

Hoy, Viviana, madre de dos hijos, está sin trabajo. “Están diciendo que yo vendía drogas, pero acá se va a destapar una olla grande, en Fiscalía saben muy bien qué ocurrió esa noche, no vengan a decirme más nada porque estoy indignada”, disparó consternada.

“Quedé en la calle sin ningún motivo y están todos mis compañeros de mi lado, incluso los médicos, hay doctores que están indignados”, subrayó. “Si hubiese sido mala compañera, mis pares no hubiesen parado el hospital como lo hicieron en mi respaldo. Bossa juega con la gente, no puede salir a decir mentiras en EL DIARIO, miente, me dejó en la calle sin un centavo”, finalizó llorando.