Por la tarde, el secretario de Ambiente y Desarrollo Urbano, Rodolfo Bergamasco, fue la voz oficial que dio las explicaciones del caso.

“Lo que se hace en el lugar es una obra vial de tipo superficial, que no debe tener más de 25 centímetros de invasión, si bien se tuvo en cuenta las interferencias a nivel superficial como llaves de paso, bocas de tormentas, de cloacas o de infecciones. Pero allí se encontró una cañería que tendría que haber estado ubicada a 80 centímetros de profundidad y estaba a unos 15 centímetros, debajo del piso de la vereda”, señaló.

“Es un caño de acero de cuatro pulgadas, de más de 50 años, que no debería estar a esa profundidad”, reiteró.

“De hecho el caño no fue movido por la pala, sino que cuando se despega un bloque de hormigón de la vereda, el caño estaba adherido y se despega junto con ella, no fue un golpe que lo rompió, sino que lo arranca”, aseguró.

“En los planos figura que está a una profundidad adecuada, pero con el tiempo transcurrido, las alturas de las calles se modifican, se suben, se bajan y eso provocó que estuviera a una profundidad límite. Es probable que Ecogas no haya tenido en cuenta ese registro y otras obras han hecho que se desactualizara la información que constaba en los planos”, indicó Bergamasco.

“Cuando se rompió la tubería enseguida llegaron los servicios de emergencia que actuaron, la demarcación de zona fue de 150 metros a la redonda de la rotura del caño y se evacuó a la gente”, remarcó el funcionario.

“Personal de Ecogas de Córdoba que se encarga de este tipo de operativos llegó cerca de las 15 y trabajó durante el transcurso de la tarde para darle una solución definitiva”, afirmó Bergamasco, al tiempo que detalló que se obturó el tramo de cañería para aislar la rotura y eliminar la pérdida.

El funcionario estimó que la situación iba a quedar totalmente normalizada anoche, para que la gente pudiera regresar a sus hogares sin problemas, y destacó que “Ecogas trabajó sin cortar el suministro en ningún momento”.

“Una vez normalizada esta situación vamos a estar programando llevar la cañería a una profundidad razonable para evitar futuros inconvenientes”, prometió.

 

Paciencia y comprensión

 

Cuando se le mencionó que la obra ha generado mucho descontento en la gente, especialmente entre los comerciantes de la zona (ver recuadro), Bergamasco respondió que “se trata de una rotonda oval que servirá para agilizar el tránsito de todo el sector residencial ubicado en el noroeste de la ciudad, en un nudo vial que hoy trae bastantes complicaciones”.

“La obra es un espacio público y surge por una necesidad de lograr un tránsito más seguro y darle agilidad a ese sector, que involucra a 2.000 ó 3.000 vehículos por día. Allí se pierde demasiado tiempo, esta obra implicaría la eliminación de los semáforos y tiene la capacidad de evacuar 40 vehículos por minuto, lo que le da un gran volumen que supera la demanda que tiene ese sector”, precisó. 

“No hay obra que se pueda hacer sin generar algún inconveniente, es entendible el enojo pero es una obra necesaria, que va a beneficiar a todos los villamarienses, fundamentalmente a los barrios San Martín, Malvinas Argentinas, San Juan Bautista y Los Olmos, entre otros. Entendemos los reclamos, pero pedimos que tengan la comprensión necesaria en el tiempo que la obra requiera, porque va a ser de utilidad para ellos y para toda la comunidad”, remarcó. 

“Los mismos comerciantes nos pidieron que la iniciáramos después de las Fiestas por el tema de las ventas y decidimos postergarla. Arrancamos el 5 de enero tratando de avanzar en forma simultánea para achicar los plazos de obra y entregarla a fines de febrero, es una obra que en un mes y medio o dos estará liberada al tránsito”, estimó Bergamasco.