La comunidad villamariense acaba de perder a una luchadora y emprendedora comprometida con la acción social, la beneficencia y, en especial, con la discapacidad.
Ayer dejó de existir en una clínica local María del Carmen Ludueña de Amaya a quien todos conocían cariñosamente como Marilyn. Una afección que hizo crisis en un infarto intestinal terminó con su vida a los 62 años cuando todavía tenía mucho para entregar de su espíritu solidario y altruista al servicio de la comunidad. Esposa de Dardo Amaya y madre ejemplar de dos hijos, cuenta entre sus acciones más destacadas el haber presidido y conducido el Taller Protegido Carlón que ocupa a una veintena de jóvenes con capacidades especiales y se constituyó en un alentador proyecto laboral y productivo.
Sus restos están siendo velados en Cochería Itatí y recibirán sepultura hoy a las 12.30 en el cementerio parque La Naturaleza.