Las altas temperaturas se tornan en deseos de chapuzón y hacia allá van las masas, a redimirse al Ctalamochita, a pedirle que convide lo que tiene. Claro que en la maniobra algunos se olvidan de que éste río tranquilo y mimoso es también impredecible (dio pruebas cabales de ello con la inundación del año pasado) y justamente por eso hay que tenerle siempre muchísimo respeto, tomando todas las precauciones posibles a la hora de visitarlo.
Así lo subrayaron desde el Cuerpo de Bomberos Voluntarios de Villa María, cuyos miembros conocen mejor que nadie los caprichosos designios del afluente nacido en el Cerro Champaquí. Consultado sobre el tema, Gustavo Nicola, primer jefe de la institución con sede en calle General Paz, comentó: “El río actualmente está tranquilo, en su cauce normal, bastante bajo. Igual hay que tener cuidado, no bañarse en lugares donde no haya guardavidas de la Municipalidad ni en sitios que no estén autorizados para el baño y cuidar siempre lo que hacen los niños”. Asimismo, Nicola recomendó no tirarse al agua desde alturas, ya que existen bancos de arena que no son uniformes en el fondo y por ello engañan a la visual, lo que podría provocar lesiones graves. En particular, señaló al sector cercano a las compuertas (a la altura de calle Entre Ríos y Avenida Dante Alighieri), como el más peligroso en ese sentido.
Respecto al lago, el también comisario mayor hizo hincapié en el tópico del nado. Fundamentalmente en lo referido a cruzar de una orilla a la otra, desde Villa María a Villa Nueva o viceversa: “Hay gente que se cree que porque sabe nadar en la pileta puede largarse a atravesar el lago de punta a punta y no es así. El lago es muy distinto, sensiblemente más grande, y en las partes del medio tiene correntada que puede complicar bastante. El mensaje es, que si uno no está en condiciones físicas ni tiene experiencia en ese campo, mejor no lanzarse a cruzar”, aconsejó.
Sus palabras traen a cuento los tristes acontecimientos ocurridos a finales de 2012, cuando dos chicos se ahogaron al intentar cruzar desde la costa de Villa Nueva (en el sector del Club Náutico). Entonces, los menores se quedaron sin energía a mitad de camino y en el intento por regresar sucumbieron ante el esfuerzo. “No hay que confundir, no es un lago peligroso, de hecho, tiene bañero y no es profundo. Pero una cosa es refrescarse cerca de las orillas y otra lanzarse a atravesarlo a nado”, explicó el bombero.
Las crecientes
Sobre el tema de las inundaciones, Nicola enfatizó la necesidad de estar atentos a lo que ocurra con las lluvias en las sierras: “Hoy por hoy los diques Embalse y Piedras Moras se mantienen en su cauce normal, incluso tres metros por debajo de la cota. De cualquier forma, se necesita estar alerta a las lluvias que se produzcan en esa zona”. De acuerdo a la información suministrada por Bomberos, de producirse una crecida en aquella región, ésta tarda entre 24 y 36 horas en llegar a nuestra ciudad. “De cualquier forma, ya contamos con una comunicación mucho más aceitada, para que se nos informe desde las localidades más cercanas al nacimiento del Ctalamochita y así evitar los desastres ocurridos el año pasado”.
En caso de creciente, el primer jefe de la entidad exhortó a no acercarse al área costanera, por los peligros que la acción acarrea. “En la crecida del verano de 2014 vimos, por ejemplo, gente a la vera del río pescando con sus hijos. Eso es una locura: si se te cae la criatura al agua, la corriente se lo lleva fácil, lo que podría provocar una tragedia”, concluyó.
