“...Tu madre biológica volvió a buscarte después de los cuatro meses de tu
nacimiento, pero no pregunté su nombre ni ningún otro dato. Le dije que estabas en buenas manos”.
Y así fue, en las buenas manos y corazón de mis padres de crianza, Blanca Giraudo y Héctor Giraudo.
Así comienza esta historia, una de las tantas historias de gente que, como yo, “adoptados” irregularmente, tenemos que enfrentar y desde allí, edificar nuestras posibles historias biológicas, ya que el dato certero no existe, hasta el día en que encontremos a las personas involucradas personalmente, si tenemos la suerte y si es que contamos con su buena predisposición.
Soy Ana María Giraudo, nací el 12 de enero de 1964, en Córdoba. Busco a mi madre biológica. Más que todos los otros días, todos los 12 de enero, todos los años desde hace 30 años (tiempo desde que me dijeron que era adoptada). Pienso siempre en la madre que me dio a luz, ya que es esa fecha lo único que me une a ella y a mi pasado con ella.
Pienso mucho en esa mamá a quien quiero encontrar y reencontrar para que me pueda reconocer en su mirada o en sus gestos y para que me pueda contar la historia que nunca nadie me supo contar, la verdadera historia desde que comenzó mi vida y desde mucho antes.
Quisiera finalmente poder decirle lo que tengo guardado en mi corazón... que “YO”, la hija que ella cuidó por nueve meses, está agradecida por haberle dado la vida y que está enfrente de su presencia para que le cuente las cosas que nunca contó y que pueda contestarle las preguntas cuyas respuestas llenaron muchos y tantos silencios.
Mi madre tendría actualmente unos 75 años, la última vez que ella se contactó con mi familia fue una mañana en 1964, vestía un traje de pollera y saco, color gris clarito, fue cuatro meses después de mi nacimiento. Ella fue a buscarme a la calle San Luis y Bolívar, en Córdoba capital, en el negocio de mis familiares de crianza.
Apelo a la buena voluntad de personas como usted, que está leyendo esta historia, a que me ayude con algún dato si lo conoce o con la difusión, ya que en mi caso el tiempo juega desfavorablemente.
Estoy sumamente agradecida a la vida por muchas razones y una de ellas es que me ha regalado a muchas personas que me aman, que me amaron y me cuidaron mucho y hoy son un verdadero estímulo, ya que me apoyan en este camino que decidí transitar.
El pertenecer al grupo Herman@s y Madres del Alma también me enorgullece. Tenemos este denominador común: haber sido entregados por la partera Mafalda Journade y en el mismo lugar, las calles México 164 o Pichincha 194, en Córdoba capital.
Nuestro objetivo compartido es buscar desde el amor sin juzgamientos y poder encontrar a esos seres que dejaron sus huellas ineludibles y silenciosas en nuestros patrones genéticos.
Gracias.
Ana María Giraudo
anagiraudo@yahoo.com.ar
El dato:
Buscamos MADRES que hayan dado a luz y a HIJ@S que hayan sido entregados por la partera MAFALDA DE JOURNADE en calle México 164 o Pichincha 159, del barrio General Paz de la ciudad de Córdoba.
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