Escribe: Diego Pellegrini
Este sábado, a las 11, se desarrollará un homenaje frente al monolito que se construyera a la vera de la ruta provincial 6 entre las localidades de Tancacha y General Fotheringhan, en nuestra provincia, donde perdieran la vida el 16 de enero de 1965 Angel Rosel Meunier y Humberto Lorenzetti, pilotos del TC que estaban participando de una competencia en el marco de la Segunda Semana de la Velocidad que era organizada por el Club de Pesca de Villa Carlos Paz, con cabeza visible del conocido dirigente Alcides Raies.
Acto
La reunión de los amantes de los deportes mecánicos se desarrolla en una idea de Adolfo Carlstrom (Radio Villa María) y el periodista que escribe, quienes nos contactamos con el intendente de Hernando, Jorge Yamul, y éste inmediatamente se puso a trabajar junto a su grupo de colaboradores para conmemorar este evento. Por tal motivo, a las 11 del sábado realizará este acto, que contará con la participación de los hijos de Meunier (Miguel y Cristina), como así también de Lorenzatti (Estela y Susana). Allí se descubrirá una placa recordatoria; después de las palabras de Yamul habrá una semblanza a cargo del historiador -Carlstrom- para luego escuchar anécdotas e historias de los presentes.
Comprometió su presencia mucha gente que estará llegando desde Rufino (Santa Fe), entre ellos Néstor Audicio, propietario de una réplica del auto de Angel Meunier.
“Parte de la historia”
En diálogo con EL DIARIO, Jorge Yamul manifestó ante la convocatoria: “La idea era no dejar pasar la oportunidad de recordar este hecho que forma parte de la historia del TC y que tiene a nuestra región como protagonista”.
“Se llegó a construir un monolito en homenaje a estos ídolos del TC, así que no dudamos en acompañar la idea”, amplió el intendente de Hernando. Y agregó: “Me informaron que este es uno de los pocos lugares en nuestra provincia donde hay un monolito en homenaje a pilotos que cayeran en el TC”.
El mandatario también reveló: “Se contactaron conmigo distintas personas que van a participar, entre ellas una de las primeras personas que llegó al lugar a socorrer los accidentados y que en ese momento tenía 13 años”.
El hecho
El accidente ocurrió a cinco kilómetros de Fotheringhan. Y así lo cuenta Bautista Belcacino, un vecino de Hernando: “El coche venía por una recta a 200 kilómetros, aproximadamente cuando de pronto se cruzó, tomó la banquina, se fue a un bajo corriendo, cruzado más de 100 metros, terminando su recorrido al embestir a una alcantarilla del mismo ancho de la máquina; ésta no dio ningún tumbo como muchos creen, fue algo espantoso y me tocó ser uno de los primeros, junto a Angel Polinori (piloto que venía corriendo esta competencia), que auxiliamos a los tripulantes de la máquina número nueve”.
“Con el copiloto de Polinori abrimos la puerta y tratamos de sacar los accidentados; Meunier aún respiraba y tenía enganchado el pie en la pedalera, como el asiento estaba suelto, recostamos al volante que, instantes después, dejó de existir. Por su parte, Lorenzatti, sobre cuyo lado el coche chocó contra la alcantarilla, murió de manera instantánea, a mi juicio no fue la causa del accidente la pinchadura o reventón de un neumático, sino la rotura de la barra de mando a la dirección”.
¿QUIEN FUE ANGEL MEUNIER?
Un velocista de lujo
Angel Meunier fue, sin duda, un tremendo velocista, un gran preparador y una gran persona.
Le tocó batallar en una época de gran poderío de Ford , la década de los Emiliozzi, por ejemplo. Sin embargo, él se animó con uno de los pocos Chevrolet veloces de la época.
Nació en Rufino, el 15 de septiembre de 1925, y debutó en el automovilismo en la “Limitada del 27” en General Lavalle durante el año 1954.
Primo de otro grande como Marcos Ciani, Meunier no tardó en seguir los pasos de éste y en 1959 debutó en el TC en la vuelta de Santa Fe, donde terminó 11mo. En Pehuajó fue sexto y en el Gran Premio fue tercero en la primera etapa y abandono en la segunda.
En 1960 fue octavo en Santa Fe, abandona en Arrecifes y Hughes, segundo en las Mil Millas, tercero en Tres Arroyos, sexto en las 500 Millas Mercedinas, abandonó en Pehuajó y en la primera etapa del Gran Premio.
En 1961 abandonó en Olavarría, Santa Fé y Arrecifes , fue cuarto en Ensenada, sexto en La Pampa, cuarto en Hughes, quinto en las 500 Millas Mercedinas, abandonó, Rojas, Carlos Casares, Pehuajó y en la cuarta etapa de Gran Premio después de haber sido tercero en la segunda y segundo en la tercera.
En 1962 salió de perdedor al ganar en Necochea y Santa Fe, transformándose en el más veloz, al pasar la barrera de los “200” kilómetros en la vuelta de Necochea, al cubrir la vuelta al fantástico promedio de 200,295 km/h. Fue segundo en la Mar y Sierras, Olavarría y el Gran Premio. Cuarto en Rufino, séptimo en Rosario; abandonando en Pergamino, Arrecifes, Ensenada, Chacabuco, San Antonio de Areco, Mercedes y Junín.
En 1963 fue segundo en La Pampa, tercero en Junín, Pehuajó, y las Mar y Sierras.
Abandonando en Pergamino, Olavarría, Necochea, Santa Fe, Salto, 9 de Julio y el Gran Premio.
Transformado en concesionario Chrysler, como su primo (Marcos Ciani), por el escaso apoyo de General Motors, preparó una Dodge-Valiant y, aunque por trabajos personales corrió poco (recordemos que fabricaba los famosos chasis que también usaban muchos de sus rivales), fue tercero en Mar del Plata, abandonó en Necochea, Rufino y Pergamino. Hizo debutar el Dodge en las Mil Millas, abandonando, como así también en la última etapa del Gran Premio.
Con nuevos bríos y renovadas esperanzas comenzaba el año 1965 Angelito Meunier. Y allá fue a la semana de la velocidad que se realizaba en Córdoba; lamentablemente la muerte se hizo presente, truncando la vida de Meunier y su acompañante Umberto Lorenzetti.
Con Meunier se iba un grande de una época gloriosa de la década del 60.