“Fue una crecida más, como las que tuvimos siempre en verano”, señaló el comisario mayor Gustavo Nicola, primer jefe del Cuerpo de Bomberos Voluntarios de Villa María. 

La diferencia se basó en el temor de los vecinos que tienen presente en su memoria lo vivido el año pasado, cuando el agua ingresó a centenares de casas llevándose pertenencias, recuerdos y bienes materiales de la gente de los barrios villamarienses de Vista Verde, Mariano Moreno y el de Villa Oeste y otros sectores de Villa Nueva.

En esta oportunidad, se trató de un aumento del cauce del río Ctalamochita provocado por las lluvias del martes último en la zona de Río Tercero y Almafuerte, donde cayeron unos 200 mm.

“La crecida duró lo que duró la lluvia”, puntualizó Nicola, informando que el aumento del volumen del cauce comenzó en la noche del martes llegando a su pico máximo a las 7.30 de la mañana del miércoles, cuando la medición que se toma bajo el puente Alberdi marcaba dos metros.

“Con esa marca, no se generan problemas en las calles. Si llega a los 2,20 a 2,30, puede subir en algunas calles sin entrar a las viviendas. Se complica más cuando supera los 2,50 metros”, informó.

Héctor Bersano, titular de Defensa Civil de Villa María aclaró que la crecida “fue producto de lluvias y no por la apertura del dique Piedras Moras, lo que la hace más manejable”.

“El agua llegó un poco a las calles en la zona más baja, ubicada en el barrio Mariano Moreno, sin causar problemas de tránsito ni en ninguna vivienda”, señaló.

“Lo que pasa, es que los vecinos están muy suceptibles por lo que ocurrió el año pasado, pero hay que señalar que esta crecida no tiene nada que ver. En 24 a 36 horas, el agua va a volver a su cauce normal”, agregó. “Hay que recordar que en la inundación del año pasado llegamos a los 4,50 metros y seguía desbordándose. No fue así en esta ocasión”, recordó.

Indicó también que tienen fluidas comunicaciones con los responsables de Defensa Civil de toda la provincia y van comunicando a los jefes de esa dependencia de todas las localidades por las que pasa el Ctalamochita, para informar la evolución del nivel del río.

Bersano recomendó abstenerse a los vecinos de bañarse en el río “porque viene muy sucio y con algunos troncos, dado que está arrastrando agua de los campos desde Río Tercero hacia abajo”.

 

La mirada de los vecinos

Silvia Pizzi, una vecina del barrio Vista Verde que en febrero del año pasado tenía un metro de agua dentro de la casa, dijo que “antes de llevarme por el miedo, trato de ir a las fuentes e informarme. Uno te puede mentir, pero cinco no”.

“Con mi familia ya decidimos: que si vuelve a pasar lo del año pasado, subimos las cosas que nos quedaron y nos vamos de allí”, agregó.

Entiende a sus vecinos que estuvieron pendientes del río toda la noche: “La gente está muy asustada, no cree en nadie porque tienen temor a que informen mal”, agregó desde su casa ubicada a metros del río.

Por su parte, Francisco Márquez, vecino de Villa Oeste, uno de los sectores más afectados por la inundación del año pasado, recorrió toda la zona con preocupación.

“Las obras que hicieron no fueron terminadas, lo que perjudica a Villa Nueva”, puntualizó, al hacer referencia que la Provincia y la Municipalidad ensancharon el cauce sacando arena “pero quedó una punta que da a Villa Oeste, donde hay unos árboles que forman una isla y no los sacaron”, explicó.

Está convencido de que la naturaleza hacía que el río fluyera a una velocidad normal, pero diferentes obras alteraron ese curso. Recordó al intendente Jaca, que hizo el Balneario, “por eso las inundaciones son entre el puente Andino y el de las compuertas, porque después el río sigue a una velocidad normal” y a Miguel Veglia “que a la altura de la Casa de la Familia hizo las obras de la costanera” que también alteraron el curso.

Así las cosas, una crecida sin riesgos, puso en alerta a todos los vecinos que no pueden olvidar lo que vivieron el verano pasado.

 

LAS CIFRAS