El secretario general adjunto del Centro Empleados de Comercio (CEC), Eduardo Belloccio, se preguntó cuándo habrá prisión para los empleadores que evaden los aportes de los trabajadores, en un pronunciamiento realizado a colación del despido de Sofía Horvat, la joven que trabajaba en una carnicería del barrio Florentino Ameghino.
“¿Para cuando la aplicación de la Ley Penal Tributaria?”, se interrogó el dirigente, exsecretario de la Confederación General del Trabajo (CGT) local. “La Justicia se ocupa de llenar la cárcel de pobres. No hay un solo comerciante preso por evasión impositiva ni previsional”, dijo el líder sindical, aclarando que no se refería solamente al caso de la carnicería La Brig, sino también a otros, como “el cierre intempestivo del City Hotel y del comedor La Casona, dejando en la calle a más de 15 personas de un día para otro con una absoluta falta de responsabilidad”, así como también “el no pago en término de los salarios en el Sanatorio Cruz Azul”.
Además, sostuvo que “los comerciantes que no registran a sus empleados actúan como Videla, no les dan identidad a sus trabajadores”, al recordar que el represor decía que “un desaparecido no tiene identidad, no existe”. “No tener derechos laborales es no tener identidad”, recalcó Belloccio.
El sindicalista advirtió que en la ciudad hay un 34% de trabajo no registrado (comúnmente llamado “en negro”). En ese sentido, afirmó que “nadie toma a un trabajador si no lo necesita” y, “pues, si lo necesita, es porque están dadas las condiciones para ello”.
También, en su exposición, criticó a las dos entidades que agrupan a empresarios y comerciantes de Villa María, la Asociación de Empresarios Región Centro Argentino (AERCA) y la Asociación de Comerciantes de Villa María (Acovim), por no hablar del tema.
La carta
La misiva escrita por el gremialista comienza con el episodio registrado el lunes pasado.
“La agresión que sufrió la trabajadora Sofía Horvat, el inspector del Ministerio de Trabajo provincial, Jorge Maldonado, y nuestra compañera Gabriela Navarro, secretaria gremial del CEC, por parte del carnicero Elvio Raúl Gramet, al que le intentaron hacer una inspección laboral, permite algunas reflexiones. No voy a referirme a las denuncias que, seguramente, pondrán en la Fiscalía, la señorita Horvat y mi compañera Gabriela Navarro por violencia de género. Ni la del propio inspector Maldonado en la sede administrativa del Ministerio de Trabajo por obstrucción a la inspección, etcétera, sino a la falta de una sanción ejemplificadora para aquellos empleadores que trasgreden las leyes laborales de diversas maneras, ya sea teniendo a la gente en ‘negro’, no respetando la jornada de ocho horas, no pagando las horas extras, no aportando para los seguros de vida y de retiro, no pagando el sueldo en término y demás”.
Continuó: “Las estadísticas demuestran que existe en la ciudad un alarmante 34% de trabajo no registrado. Es indudable que nadie toma a un trabajador si no lo necesita. Pues, si lo necesita, es porque están dadas las condiciones para ello. A medida que va creciendo el negocio, va incorporando más personal al establecimiento.
Ahora bien, cuál es la razón para que un comerciante tome un empleado por ocho horas y le pague $4.500 (y le haga firmar un recibo ‘trucho’ por $25.000), cuando el Convenio Colectivo de Comercio dice que debe ganar $8.000 inicialmente. O lo tenga absolutamente privado de sus derechos laborales al no reconocerle obra social, jubilación, agremiación, esparcimiento, turismo, farmacia, campo de deportes, etcétera.
El genocida general Videla decía que “un desaparecido no tiene identidad, no existe”. Bueno, no tener derechos laborales es no tener identidad. Los comerciantes que no registran a sus empleados actúan como Videla, no les dan identidad a sus trabajadores”.
Luego se preguntó cuándo habrá cárcel para los empleadores que evaden los aportes de sus trabajadores y dijo: “En Villa María, como en todo el país, hace más o menos 10 años se fue revirtiendo la desocupación, que en los años 90 y primeros años de 2000 llegó a ser del 25%. Hoy la desocupación ronda el 6%. Las condiciones económicas permitieron el crecimiento comercial y el descenso de la desocupación, pero paralelamente creció el empleo no registrado, eufemismo utilizado para poder ‘negrear’ a gusto y no sentir culpas por aquello de la ‘esclavitud’ abolida, pero no erradicada en nuestro país”.
“Este 34% de trabajo ‘en negro’ de hoy tiene un solo responsable y es el sector de los comerciantes que no tienen ni un ápice de Responsabilidad Social Empresaria. La Responsabilidad Social Empresaria tiene como premisa el trabajo digno de los dependientes. Ni AERCA ni Acovim se han expresado sobre el trabajo ‘en negro’ que contratan sus asociados. Y no digan que es el Ministerio de Trabajo el que debe controlar, eso ya lo sabemos. Ocúpense de no ‘negrear’ y de cumplir con los aportes patronales porque eso es lo que corresponde”, disparó.