Tres años y medio como dúo; más de treinta tertulias musicales realizadas en el living de su casa con su infaltable tentempié de vinos y empanadas (modalidad que inauguraron en la ciudad); “un Verdi y un Leonardo Favio completos” (como le gusta decir a Emiliano); una obra de teatro de propia autoría sobre la vida de Discépolo (“Sueños de juventud”); más de 20 alumnos de canto (muchos de los cuales ya debutaron como solistas) e innumerables actuaciones en pubs, clubs de abuelos, centros vecinales y salas de la ciudad. Todo eso en poco más de mil días; desde que el cantante porteño Emiliano Kandiko se instaló en Villa María junto a su pareja, el pianista local Diego Hernán González, allá por julio de 2011.
Sin embargo, los integrantes del “Dúo por la Vida” están muy lejos de querer hacer un relato material y cuantitativo de su trayectoria. Por el contrario, ambos dirán todo el tiempo frases como “cantar con el corazón”, “dejar de lado el ego”, “proceso espiritual”, “hacer una introspección a la hora de la interpretación”… Y, sobre todo, dirán que “el tango es la vida, y el que ponemos en escena es el tango por la inclusión en la diversidad en la vida”. Y quizás con estos entrecomillados baste para resumir el decálogo artístico y humano del dúo, la razón de ser de un tándem que se ha vuelto imprescindible a la hora de estudiar el fenómeno del dos por cuatro y de la producción musical independiente en la Villa de los últimos años.
Estamos en la casa-estudio de la pareja (la décima que se casó en la ciudad bajo la figura del “matrimonio igualitario”), y entre el ronroneo de sus gatos “Pipistrella” y “Rufino” caminando por el teclado de la mañana, comienza esta charla.
-Fueron pioneros en el formato de la tertulia musical. ¿Cómo nació esa propuesta?
Emiliano: -Fue en abril de 2012, cuando nos mudamos de un monoambiente de la calle Buenos Aires a una casa en la calle Santa Fe y pudimos traer el piano de cola. Entonces nos dijimos “¿por qué no empezamos a dar clases de canto y piano?” Y de paso empezábamos con nuestras propias producciones artísticas, que era nuestro gran objetivo, ya que teníamos un grupo de gente que nos venía siguiendo desde nuestras primeras presentaciones en “Polaroid”.
Diego: -Yo hacía cinco años que estaba parado con el piano trabajando todo el día en la balanza de vialidad de la ruta 158. Y pensé que sería bueno retomar el piano de manera más regular y exhaustiva, para volver al nivel que tenía cuando hice mi perfeccionamiento en Estados Unidos.
-¿Y cuál fue la ventaja de “cantar en casa”?
Emiliano: -Que pudimos crear el formato que nos interesaba a los dos. Nosotros tocábamos en bares y pubs como “Meroi” o “Rigoletto”, donde el trato siempre fue muy amable y nos pagaban. Pero en los bares de acá te contratan para hacer “música de fondo”. Y eso no iba con nuestro concepto de espectáculo, porque anhelábamos la comunicación directa entre el artista y la persona, no que entre medio pasara un choripán. Así fue que empezamos con las tertulias. Eran recitales privados donde venían amigos y había espacio para unas 40 personas. Se generaba algo muy cálido y muy íntimo.
-¿Cómo definirían las clases de canto que imparten?
Emiliano: -Nuestra visión es que no damos meras clases para cantar tango sino de perfeccionamiento, son clases para quienes desean ser artistas. El “en vivo” de nuestros alumnos es para nosotros el cincuenta por ciento de la formación. Y por eso ellos actúan permanentemente como invitados a nuestras tertulias. Este año, nuestra partenaire va a ser Lucía Baliela. Ella tiene el mismo registro que yo y la estamos entrenando para que empiece a volar sola. Y lo va a lograr, porque tiene un talento inmenso. Puede cantar desde un tango a un aria clásica sin problemas.
-Cuéntenme acerca del espectáculo por la inclusión del año pasado…
Emiliano: -Se trata de un formato que se llama “Dúo por la Vida y su botica tanguera”, un homenaje al programa de Bergara Leumann y que nos permite dar a conocer nuevos valores. El proyecto nace como una necesidad de nuestra búsqueda artística desde acá.
-¿Cómo es esto?
Emiliano: -A nosotros, como intérpretes de tango, nos convendría mucho más vivir en Buenos Aires o en Europa, cosa que podríamos hacer porque los dos tenemos ciudadanía. Allá, la oferta tanguera es inmensa. Pero elegimos Villa María por nuestro amor o porque el Tata Dios nos trajo. Lo cierto es que desde acá queremos generar y compartir los logros de nuestra carrera; ofrecer los lugares ganados y las puertas que se abren al público y a los 20 jóvenes que estamos formando en el canto; haciendo que ellos sean generadores de su propio espectáculo. Y con esa finalidad nace esta botica.
Diego: -Leopoldo Federico dijo en una de las últimas entrevistas que el artista de tango hoy se tiene que autogestionar. Y eso queremos hacer desde este espacio, desde este proyecto del Favio.
-¿Cuál es el secreto de la autogestión en el tango?
Emiliano: -Poner el corazón y dejar de lado el ego. Sólo así vamos a poder lograr que el tango sea lo que es, la música de todos y que los jóvenes no piensen que es patrimonio de los viejos ni los viejos se arroguen el derecho a que sólo es de ellos, porque eso es cortar la cultura nacional en dos. Nosotros, que por nuestra edad estamos entre los pibes y los viejos, tenemos la misión de hacer de puente y mostrar a los jóvenes que sin pasado no van a ningún lado y a los viejos que sin los jóvenes no hay futuro para tantas cosas maravillosas que ellos hicieron.
Bajofondo Ctalamochita´s Club
-¿Cómo ven el tango en Villa María?
Emiliano: -Desde que empezamos a actuar, la gente que vino a vernos o tomar clases nos ha dicho algo que después comprobamos, que hay tres grupos que manejan todo el tango en la ciudad. Y esos tres grupos no dejan entrar a nadie. No dejan entrar a una Analía Rosso con síndrome de Down, ni a un Rubén Ballatore con capacidades reducidas o a una Mabel Bettiol o a una Nelly Alvarado. A los jóvenes tampoco les dan cabida. Entonces decidimos que queríamos armar otro polo cultural. El sol sale para todos y no nos interesa quitarle un lugar a nadie.
-¿Consideran que han generado un nuevo público tanguero en la ciudad?
Diego: -Un poco sí. Hay jóvenes que antes no iban a los recitales de tango y empezaron a venir con nosotros. Pero también nos escuchan otros que han seguido o siguen a otros grupos también.
-¿Cómo llegaron estos veinte jóvenes a tomar clases con ustedes?
Emiliano: -Son chicos que tenían una inquietud y se encontraron conque no había en la ciudad quien les enseñara a cantar y los tome en serio. Y nosotros estamos encima de ellos desde que empieza hasta que termina la clase. Si vamos a respaldar a alguien con nuestro nombre, tienen que estar a la altura de nuestra entrega.
-¿Qué me pueden decir de la movida artística villamariense?
Emiliano: -Que vemos la preocupación y ocupación de parte de la Intendencia de querer generar mayor cultura. Sebastián Capurro, director de Cultura, tiene muy buenas intenciones y trabaja seriamente. Pero hay todavía un comportamiento social que no juega a favor. Yo creo que hay que reeducar a la sociedad villamariense en lo artístico, y para eso falta más compromiso de parte de los artistas. Villa María se está transformando en una gran ciudad pero tiene costumbrismos de una ciudad chica. Y eso es lo que hay que cambiar.
-¿Cómo es esto?
Emiliano: -Hay algo que deben cambiar todos los gobiernos del país, desde las intendencias a las gobernaciones. Nosotros estamos muy contentos con este proyecto kirchnerista y de hecho hasta nos pudimos casar; pero hay funcionarios que vienen de otras tendencias políticas y que no están a la altura. Con esa gente se pone difícil el cambio.
-¿Qué opinión les merece el festival de peñas, donde los números importantes están a cargo de cantantes extranjeros?
Emiliano: -Por un lado vemos que se cumple con este proyecto kirchnerista de generar cultura en el país, y para eso tenés que recurrir a las figuras conocidas. Pero por otro lado yo hubiera elegido otros artistas. Creo que a esos extranjeros los han elegido por ser masivos. Por otro lado, creo que podría haber más espacio para los músicos locales. Si vos dedicás cuatro noches a los de afuera, agarrá la base de datos de artistas villamarienses que para eso la están generando desde el Concejo Deliberante y hacé participar a tu gente. ¡Que haya inclusión verdadera!
-El Concejo Deliberante convocó a los artistas locales para la ordenanza de mecenazgo…
Emiliano: -Claro, nos llamaron a todos para saber cómo hacer mejor las cosas y nosotros fuimos. Y ese intento de acercamiento de parte de la Intendencia para con los artistas no tiene precio. Tanto los políticos como los ciudadanos estamos aprendiendo a vivir en otra Argentina, una Argentina que de a poco está volviendo a transformarse en la potencia que fue en los años cuarenta. Y nosotros tenemos la idea romántica de aportar a ese cambio, a un país donde ser artista sea sostener ni más ni menos la cultura de un pueblo.
-¿Cómo viene 2015 para Emiliano y Diego?
Emiliano: -Vamos a salir mucho y nos vamos a presentar en varios lados. De hecho, la Municipalidad ya nos convocó para que representemos “Sueños de juventud” y esa invitación nos incluye oficialmente en el circuito teatral de verano. El 12 de febrero vamos a dar una charla sobre tango en el Leonardo Favio y al día siguiente un concierto. El 28 de febrero largamos los recitales en Buenos Aires tocando una vez por mes en el “Domus Artis”, de Villa Urquiza. El 27 de marzo volvemos a presentar la Botica Tanguera en el Favio y tenemos una invitación para ir a tocar a Texas en noviembre.
-¿A Texas?
Diego: -Sí, cerca de Lubbock, la universidad en donde me perfeccioné tres años en piano clásico.
Emiliano: -También se han abierto puertas para Alemania, Italia y España. Pero lo tenemos que analizar. Como te decíamos antes, nos queremos quedar en Villa María, siempre y cuando nos acompañen desde lo gubernamental. El año pasado la diputada nacional Nora Bedano se comunicó tres veces con nosotros para ver si necesitábamos algo. Y a ese gesto lo agradecimos infinitamente. Queremos quedarnos y ser parte de esta fabulosa transformación que está viviendo la ciudad, volviéndose grande y haciéndose referente cultural ineludible en el país.
Iván Wielikosielek