El dolor de oídos es una de las figuritas repetidas de cada verano. Tanto grandes como niños sufren las consecuencias del agua a través de ese incómodo y molesto dolor. Por eso, los profesionales aconsejan tener en cuenta algunas recomendaciones que repasamos a continuación.
Chequeo previo. En primer lugar, lo oportuno es realizar un chequeo previo a la temporada para evaluar el estado en el que se encuentran los oídos. De este modo, y acorde a lo que plantea Mirta Vavassori, jefa del servicio de Otorrinolaringología del Hospital Pediátrico de Córdoba, se podrá saber en qué condiciones está y realizar los tratamientos pertinentes para eventuales irregularidades. Esta revisación es absolutamente preventiva debido a que si, por ejemplo, una persona tiene un tapón de cera dentro del oído, eso genera que cuando entre agua se produzca una maceración y ésta ocasione infección.
No usar alcohol. Al salir del agua, muchos padres optan por colocar unas gotitas de alcohol a sus hijos para extraer el agua que haya quedado dentro de sus oídos y evitar que se genere dolor. Sin embargo, Vavassori sugiere evitar esta práctica porque muchas veces ocasiona que la piel del conducto se agriete o lastime. En contraposición, recomienda que cuando secan el cabello de los hijos con un secador, haciendo una elevación de la oreja, se coloque un poco de aire tibio dentro del oído, secando la humedad y ayudando a calmar el dolor, en caso de que lo hubiera.
No emplear tapones en los oídos. La profesional tampoco recomienda el uso de tapones ni durante el dolor ni de manera preventiva. El argumento es que al ponerlo y sacarlo puede producir un traumatismo en el conducto generando dolor o persistencia en el mismo en caso de que ya haya aparecido. Sin embargo, aclara que si los tapones son recomendados por el otorrino, con una determinada calidad, pueden usarse. En su opinión son preferibles unas gotitas de vaselina líquida que no perjudica el oído y que hace que el agua resbale y no quede acumulada.
Oídos
No limpiar exageradamente. La limpieza exagerada de los oídos con los isótopos puede inflamar el conducto auditivo. La norma indica que no debe introducirse hacia dentro del conducto, por lo que debe hacerse en la parte exterior de la oreja. “A veces llegan hasta la membrana y eso produce traumatismo”, explicó la médica.
No usar gotas sin indicación médica. Otra de las prácticas comunes es emplear algunas gotas conocidas ante la aparición de cualquier molestia. Sin embargo, los especialistas rechazan esta acción en la medida en que no puede introducirse ningún analgésico ni medicamento sin conocimiento de la causa que genera el síntoma. Así, lo central es conocer la afección para proceder con la medicación adecuada.
Finalmente, Mirta Vavassori comentó que el agua de las piletas debe estar bien mantenida y que, en cuanto a las aguas de ríos o lagos, suelen no ser tan riesgosas porque al fluir con la corriente no se acantonan evitando la contaminación.
Principales afecciones
La otitis es la enfermedad principal en esta materia. Una de ellas, la otitis externa (también llamada “del nadador”), es la inflamación del conducto auditivo externo. La presencia de demasiada humedad en el oído puede generar irritación, abriendo la piel del canal y permitiendo la entrada de bacterias u hongos. Genera dolor en el oído, que puede ser moderado o intenso, pero que es continuo. A su vez, aumenta con la presión o la movilización de la oreja y da la sensación de oído tapado.
Por otro lado, la otitis media o aguda implica un proceso más infeccioso ya sea por bacterias o por virus, ocasionando la inflamación del oído medio. En este caso, el dolor suele aparecer sólo por la noche y es menos intenso que en la anterior. También puede generar fiebre y suelen estar precedidas por un resfrío, sinusitis o el aumento de la mucosidad nasal.
También puede consultarse información para prevenir problemas en los ojos. Fuente: Ministerio de Salud, Córdoba.