Con la organización de la Municipalidad de Hernando y un grupo de aficionados a los deportes mecánicos del ayer (en la persona de Adolfo Carlström y el periodista Diego Pellegrini), ambos de nuestra ciudad, se llevó a cabo el pasado sábado al mediodía, un homenaje a Angel Meunier y Umberto Lorenzetti (piloto y acompañante de TC), que perdieron la vida el 16 de enero de 1965, entre las localidades cordobesas de Tancacha y General Fotheringham. Allí se construyó en su momento un monolito, donde se reunieron aproximadamente ciento cincuenta personas.

Hay que destacar que hubo muchos que llegaron desde Rufino, de donde eran oriundas ambas figuras del TC, entre ellos, su intendente, Gustavo Deheza. 

En la oportunidad, el mandatario de Hernando, Jorge Yamul, descubrió con los familiares una placa recordatoria de grandes dimensiones, mientras que Gustavo Deheza colocó una ofrenda floral con una tarjeta que decía "Pueblo de Rufino".
 

Personalidades

Dijeron presente los hijos Miguel Angel Meunier, Cristina Meunier, Estela Lorenzetti, y sólo faltó a la cita -por estrictas razones personales- Susana Lorenzetti. También se sumó Amilcar Frizzo, quien se encarga voluntariamente de tener ordenado y hermoseado el monolito.

Participaron distintas instituciones dedicadas a los autos antiguos como la Asociación Villamariense de Autos Antiguos, gente de Hernando, Río Tercero y Almafuerte; Alberto Fenoglio, del Museo de Iris, además de dos exacompañantes de Meunier (Oscar Spresariay Héctor Báez), como así también uno de sus mecánicos (Angel Farías).

También compartieron personas que auxiliaron a Meunier y Lorenzetti, como así también otro habitante del lugar que pudo mostrar fotografías que habían sido tomadas minutos después del accidente.

 

Acto

Todo comenzó con un prólogo a cargo del periodista Diego Pellegrini; luego fue el turno de Jorge Yamul, que remarcó las figuras de Meunier y Lorenzetti. A su turno, Gustavo Deheza puntualizó que se trataba de dos personas de bien, que amaban el TC y todo lo que hacían. Y luego de descubrir la placa del cincuentenario, Miguel Angel Meunier manifestó: "Realmente tengo palabras de agradecimiento a todo el pueblo de Hernando y la zona por este homenaje; algo sorprendente la cantidad de gente para recordar a dos personas que cayeron hace 50 años". 

Por su parte, Estela Lorenzetti (quien reside en Las Varillas) dijo estar “muy feliz por los momentos pasados estos días, el viernes en Rufino y ahora acá, en el monolito. A todos les voy a estar agradecida, en mi nombre y de mi hermana (ausente Susana); gracias a todos por ambos homenajes".

En la parte final, el historiador villamariense, Adolfo Carlström, leyó una página del recuerdo sobre Angel Meunier y Umberto Lorenzetti, donde se puso de manifiesto la calidad de persona de ambos, cuando auxiliaron a Oscar Cabalén y su acompañante antes que el auto de éstos explotara cerca de La Carlota, al reconocerlo como otro caballero del camino.

 

Cierre

Todo culminó en el Salón Blanco de la Municipalidad de Hernando, donde las autoridades brindaron un importante ágape, donde todos siguieron recordando a Meunier y Lorenzetti. Allí Carlström y Pellegrini entregaron a familiares, preparador y acompañante, fotografías para recordar el momento vivido y, además, un cuadro alusivo con la foto del auto de Angel Meunier en la Vuelta de Rufino.

También la familia de Angel Meunier entregó a Amilcar Frizzo (encargado voluntario del monolito) de un obsequio (un cuchillo) para reconocer en parte la labor diaria que viene cumpliendo.

En las primeras horas de la tarde la gente comenzó a retirarse de Hernando, donde todos sin excepción, se despidieron con una sola palabra: gracias.