EL DIARIO recorrió ayer un sector ubicado detrás del cementerio San José, de Villa Nueva, donde se realizan tareas de limpieza y tala de añejos eucaliptos, en el marco de una operación inmobiliaria que puso punto final a una larga controversia en la que se vieron involucrados el municipio y habitantes de la zona.
“No tengo números precisos, pero estimo que no se sacaron más de cinco o seis árboles, algo necesario para abrir la calle”, especificó el concejal del Frente para la Victoria (FPV) y exsecretario de Obras Públicas, Natalio Graglia, a este diario.
El lugar era hasta hace una semana un bosque, muchas veces propicio para arrojar basura y generaba incertidumbre en los vecinos por la frondosa vegetación. Ahora se limpió y se quitaron especies para abrir la calle Los Fresnos, que de esta manera llegará hasta la avenida Los Lapachos, algo que el bosque no permitía.
También se abrió, mediante estas tareas en este espacio de vegetación, la calle Los Cedros, que ahora llegará a escasos metros de la parte trasera de la necrópolis municipal.
“Desde el lunes pasado están sacando todo. Vienen a la mañana y quitaron algunos árboles”, dijeron dos vecinos consultados por este medio. Graglia, en tanto, contó que las tareas son llevadas a cabo por el comprador del lote. “La apertura de la calle permitirá que se provean los servicios”, recalcó. “Ese sector siempre fue una mugre. Lo que más queríamos era que se limpiara y cuidara. Además, era peligroso. Por otra parte, también nos preocupa el tamaño de los eucaliptos que dan a los nichos. Si se llega a caer alguno tendríamos consecuencias importantes”, comentó.
Larga historia
Las tierras en cuestión fueron compradas en 2014 por Osvaldo Cesarini y Tomás Grasso y estaban alcanzadas por una larga y confusa historia.
En 1991, por ordenanza se dispuso compensar con la entrega de ese inmueble (donde hoy se limpia el bosque y se abre una arteria) a la órbita municipal la deuda en concepto de Tasa de Servicios a la Propiedad que José Mattea, antiguo propietario, mantenía con la Municipalidad de Villa Nueva. Luego, por otra norma del mismo año, se donaron a determinados vecinos esos terrenos.
En 1994 se dio otra vuelta de tuerca. Se derogó el artículo de la ordenanza que autorizó esa donación y se avaló al Ejecutivo a donar a familias carenciadas y de bajos recursos.
El periplo se agravó cuando los herederos de Mattea formularon su reclamo ante el Concejo Deliberante, acreditando que el señor había fallecido en 1983, por lo que el expediente administrativo (del cual, encima, no hay registro) de 1991 es de fecha posterior, tal como la ordenanza en la que se indica la dación de pago.
“De la ordenanza 064/91 no ha tomado razón el DEM, disponiendo sean compensados los tributos adeudados ni tampoco ha ejecutado su cobro; respecto a la ordenanza 091/91 no existe acto de disposición del DEM respecto de esas tierras y la facultad en los términos de la Carta Orgánica Municipal del Concejo Deliberante se limita sólo a autorizar tales actos y, por último, una ordenanza posterior deroga esta última”, detallaron los herederos.
Ante este cuadro, en noviembre pasado el Deliberante derogó las ordenanzas de 1991 y de 1994 e hizo lugar a la solicitud de aprobación del proyecto de mensura y subdivisión del inmueble.
Finalmente, los nuevos dueños de la tierra aceptaron mantener la donación de otrora a algunas personas de escasos recursos que hace décadas residen en el lugar, en espacios que pertenecen a este predio que fue signado por el conflicto.
Las claves
1983: MUERE EL EXDUEÑO DE LAS TIERRAS DONDE AHORA SE LIMPIA EL BOSQUE Y SE ABREN CALLES.
1991: PARA COMPENSAR UNA DEUDA EN TRIBUTOS QUE TENIA EL FALLECIDO EXPROPIETARIO, LA COMUNA TOMA EL TERRENO.
1991: LAS TIERRAS EN CUESTION SON DONADAS A ALGUNOS VECINOS.
2014: SE DEROGAN LAS NORMAS DE 1991 Y EL LOTE TIENE NUEVOS DUEÑOS, QUE MANTIENEN LA DONACION.