Los dos guardavidas que se desempeñan en lo que se denomina bajada de calle Entre Ríos y que se encuentran casi debajo del viejo puente Vélez Sarsfield (contiguo al puente colgante Juan Domingo Perón) revelaron a EL DIARIO que en poco más de un mes debieron rescatar a cerca de 15 personas que se estaban ahogando en ese sector del río Ctalamochita.

También advirtieron que muchos bañistas ingresan al curso de agua alcoholizados, con el riesgo que eso significa, y subrayaron que las crecientes modifican las características del cauce, por lo que aparecen nuevos puntos de importante profundidad.

Augusto Ruiz y Andrés Espinoza son parte del plantel de guardavidas contratados por la Municipalidad de Villa María por segunda temporada. Mientras se encontraban custodiando desde su puesto cercano a los puentes mantuvieron un largo diálogo con este matutino.

"Lo que le pedimos principalmente a los ciudadanos es que vengan a consultarnos y preguntarnos porque para eso estamos, para prevenir y cuidar a la gente. Algunos preguntan, pero la mayoría no lo hace, vienen y se tiran. Con Andrés hemos hecho varios rescates. Este es uno de los puestos más peligrosos, hay cinco metros de profundidad en un punto y tres metros en otro", aseguró Ruiz.

"Esta zona debe ser la más peligrosa, luego hay otras en que hay que tener cuidado, pero no son tan hondas", consideró de acuerdo a su experiencia por la rotación de playas de Villa María.

Especificó que el riesgo está dado por la presencia de pozos y "porque se trata de un río muy cambiante, quizás hoy el agua te llega al pecho y mañana tenés tres metros, porque se retira la arena". "El cauce cambia constantemente", afirmó.

A su turno, Espinoza indicó que han rescatado a 15 personas, de todas las edades. "Algunos estaban alcoholizados", reveló.

"Los veinteañeros son los más imprudentes, pero a esto hay que agregarle el tema de la inconciencia de los padres, que los dejan solos. Mandan a las criaturas al agua, se sientan a comer un asado y no se fijan. No preguntan a los bañeros si es un río apto para los chicos. Podrían hacer unos metros más y el panorama es otro, en la bajada de calle Mendoza es distinto, acá es hondo", añadió Espinoza en referencia a las inmediaciones del puente.

"Días atrás nos sucedió que un padre no estaba ni enterado de que el chico se estaba ahogando", comentó.

Cuando se les preguntó si los rescates se dieron en situación de gravedad, coincidieron que sí. "La correntada te lleva, de acá los ves y los sacas rápido, pero tenés que estar muy atento. El que no sabe nadar se ahoga rápido porque se va para abajo, pega un par de brazasos y nos tiramos", dijo Andrés.

Augusto abundó que también ocurre que hay personas que sufren golpes en el río, por troncos o caídas.

 -¿Qué otros sectores son peligrosos?

-A.E.: El del Cristo puede ser riesgoso, hay una parte honda y si se bañan detrás de la isla (sobre la ribera villanovense), no los ves. Pero esta es la más peligrosa.

-A.R.: Acá tenés que estar atento todo el tiempo.

-A.E.: Nosotros estamos de 13 a 20. Desde las 14.30 a las 18.30 hay gente tirándose constantemente, incluso cuando llueve o está fresco.

-Un aumento en el nivel del agua, como ocurrió la semana pasada y sucede por estas horas, ¿cambia el río?

-A.R: La creciente modifica el cauce.

-A.E: Lo cambia en un cien por cien. En diciembre había tres metros de profundidad en un punto, del otro lado hacías pie, era de un metro, luego vino la creciente y lo dejó en cinco o seis metros de hondo. Se ve que se llevó toda la arena y quedó así de hondo, nos tiramos y no hacemos pie.

 -A.R.: Y la gente no conoce esto porque no pregunta. Hay que tomar precauciones, sobre todo los que vienen de afuera.

-¿Qué características presenta el lago?

-A.R: Estuve en ese puesto. Hay que utilizar salvavidas para andar en piraguas o kayak. Nosotros tenemos un cartel que indica que su uso es obligatorio, Villa Nueva también tendría que hacer lo mismo en su orilla.

-A.E.: Creo que en el canal debe haber una profundidad de cinco metros actualmente.

-¿Quiénes frecuentan el lago?

-A.R.: Sobre todo se meten los nadadores, personas que saben nadar y conocen del tema. No son muchos los que se tiran, los que lo hacen y son inexpertos hacen diez metros y salen, no se quedan en el agua.

-¿Qué público compone la bajada de calle Entre Ríos?

-A.E.: Hay de todo. Muchos vienen a comer el asado, muchos a tomar cervezas. No hay muchas familias, sino muchachones que vienen a tirarse de cabeza. Y hay mucha gente de afuera. En la semana no hay tanta gente, pero los sábados y domingos se llena, con asadores ocupados hasta tarde.

-¿De qué lugares?

-A.E.: De Entre Ríos, Santa Fe, Mendoza.

-A.R.: De Buenos Aires, La Pampa, Corrientes. La semana pasada vino un periodista de Crónica. Le gustó el lugar.

-A.E.: Lo único que le falta a Villa María es la montaña, por lo demás no hay nada que envidiarle a las sierras. 

-A.R.: Es cierto, no tenemos nada que envidiar, tenemos todo. 

 

Golpeados

Espinoza contó que debieron hacer primeros auxilios a varios bañistas golpeados. 

"Muchos se cortan con vidrios, siempre hay alguno que por hacerse el vivo tira botellas al río, son los menos, pero hay. Un compañero se cortó el talón rescatando a un chico".

 

Alcoholizados

Según Andrés, se percibe una fuerte presencia del alcohol en hombres. "Un 70% de los que sacamos estaban borrachos", confirmó.

Augusto graficó: "Rescatamos a un chico paraguayo que estaba golpeado y cortado. Cuando en la orilla lo acostamos nos dimos cuenta de que había ingerido mucho alcohol".