Escribe Juan Manuel Gorno

Existen matices en el fútbol que van más allá de un pase preciso o erróneo, o de un sistema de juego mal o bien implementado. Y Alem, que suele impregnar en su mística una gran dosis de sacrificio, demostró anoche que esas cuestiones que sobresalen de la explicación lógica pasan mucho por el corazón.

En el debut de dos símbolos del club como técnicos (Cristian Agosto y Diego Rivera), esa mística alcanzó para sacar adelante un debut complicado en el Provincial, ante el último campeón, Bell de Bell Ville, a quien derrotó 2 a 1 en Plaza Ocampo.

Corazón para pegarle a la pelota violentamente, como lo hizo Martín Porporatto en el primer gol; esfuerzo hasta el final para correr una pelota larga, como corrió Federico Figueroa, ganando un penal que derivó en el segundo grito; personalidad para aguantarse lo que venga, como la tuvo el debutante arquero Martín Gómez… Todas esas cuestiones que no se negocian en este tipo de partidos influyeron para soltar el rugido de León desde la victoria. 

Bell, que llegaba más aceitado -por los años de entendimiento entre jugadores importantes y la propuesta conocida de su técnico, Oscar “Cacho” Basualdo- intentó demostrarlo en el arranque del partido, cuando manejó mejor la pelota, abriendo la cancha para meter algún pase en cortada hacia el área. 

Pero en pocos minutos, el visitante chocó con el arquero Gómez, a quien la dupla Agosto-Rivera le dio confianza para comenzar a defender los tres palos de Alem. Y si bien el portero empezó nervioso en la primera jugada, luego se plantó para desviar un centro de gol de Palacio y para taparle un mano a mano a Bernardo Ciocca, saliendo rápido hasta la puerta del área. 

Alem tardó en poner en órbita a sus delanteros, porque si bien entendió que debía desdoblarse para recuperar la pelota, luego no la cuidó con suficiencia en la mitad de la cancha para elaborar en ofensiva.

Apenas una guapeada de Agosto, por el sector izquierdo, provocó la primera acción sobre el arco contrario cuando Porporatto, tras un mal rechazo, sacó un tiro desviado, cerca del palo derecho del arco defendido por López.

Bell estuvo más cerca de abrir el marcador con la pegada de su mejor hombre, Damián Oviedo Gómez (envió la pelota muy cerca de un ángulo con un remate de larga distancia), pero nuevamente Gómez apareció por partida doble, sobre todo para tapar a quemarropa un “puntazo” de Ciocca, tras un tiro de esquina, a tal punto que terminó felicitado por el propio delantero.

El “León” sabía que no podía seguir dependiendo de las salvadas de su arquero, pero mientras empezó a pensar en una mejoría, sus delanteros se encargaron de inquietar por peso propio. Primero Tadeo Albiero encaró por derecha y sacó un remate que desvió el arquero. Y después apareció la bendita efectividad en los pies de Porporatto: cuando el cronómetro marcaba 43 minutos el atacante recibió de Coria, afuera del área, y frente a dos defensores optó por enviar un disparo de derecha. La pelota viboreó como un misil teledirigido y López se estiró inútilmente. Fue un golazo.

 

A defender

La ventaja significa un quiebre emocional que Alem supo manejar, tanto que hasta casi convierte el segundo en los pies de Le Roux, a los 45’, en una gran maniobra individual.

No obstante, para el segundo tiempo, el equipo pensó primero en acortar espacios entre líneas y apelar a la garra típica del “León”.

Parecía que todo se complicaba cuando Palacio, luego de recibir una gran habilitación de Oviedo Gómez, quedaba solo, sin embargo, el volante se apresuró en definir y otra vez el arquero se quedó con la ilusión bellvillense.

Después de allí, Alem cerró las persianas durante bastante tiempo, sostenido en un buen trabajo defensivo que alejó el peligro rival con ganancia en las pelotas divididas, orden y oficio.

Mientras, de contragolpe, Porporatto inquietó un par de veces, una de las cuales terminó con Dichiara rematando al cuerpo de López, en lo que pareció una gran chance para aumentar el marcador.

El ingreso de “Fede” Figueroa -ladero de Porporatto en el último equipo de Alem campeón local- alentó esa búsqueda del local. De hecho, en la primera que tocó (tras pase del propio Porporatto), Figueroa encaró al área, la pelota le quedó larga, pero igual llegó y provocó el penal de López que sancionó el árbitro Claudio Chávez.

Para demostrar su ambición, Figueroa se encargó de patear el penal y rubricar el 2-0, desatando la euforia del pueblo villanovense.

Bell terminó casi desgranado, sin respuesta, a pesar que Palacio -en la única pelota que no pudo sacar Gómez- descontó faltando cinco minutos para el final y que eso le puso incertidumbre al desenlace.  

Es que Alem se encargó de defender la ventaja con autoridad hasta terminar celebrando tres puntos muy valiosos. 

 

Arbitro

Claudio Chávez
El cordobés estuvo a la altura porque no permitió faltas fuertes, aunque sobre el final empañó el arbitraje cuando no expulsó a Díaz por un codazo sobre Figueroa, cuando Bell buscaba el empate. 

Figura