Después de unas declaraciones efectuadas por el concejal del PRO, Darío Capitani, su colega del oficialismo, Daniel Climaco, continuó con el “fuego cruzado” en la arena política, al escribir una carta donde cataloga al candidato a intendente de mal imitador de Mauricio Macri, entre otras cosas.
Accastellistas y máximos responsables del PRO en la ciudad ya se habían tirado con “munición gruesa” en lo dialéctico. Y el capítulo continuó con el concejal Climaco, que escribió lo siguiente:
Si le preguntásemos al propio Jaime Durán Barba, asesor comunicacional del PRO, por los comentarios mediáticos vertidos por el Concejal Darío Capitani lo consideraría de “falto de madurez”. En alguna oportunidad, y para demostrar la efectividad en la forma de comunicar del jefe de Gobierno Porteño, Mauricio Macri, el asesor dijo que el candidato debe “tener una posición de profunda modestia y aprender” al hablar con la gente para luego “pensar cómo honestamente tratar de encontrar la solución a esos líos. Y después, recién comunicar”. Parece que el edil, que aspira a la Intendencia, quiere empezar al revés.
Conozco a Darío desde su anterior período como concejal, años en los que desde distintas bancadas supimos discutir sobre temáticas muy profundas para el desarrollo de la ciudad. Lamentablemente, con el tiempo fue modificando esa actitud desde su banca hasta llegar a un cierre un poco difuso de su paso por la Casona de Pereira y Domínguez. El tiempo lo llevó a ocupar nuevamente ese lugar y también regresaron sus apetencias de intendente. Le diría, con toda modestia, que no se puede jugar a ser político utilizando frases hechas que no reflejan de ninguna manera el perfil de alguien que quiere erigirse en el máximo representante de los villamarienses. Las fórmulas comunicacionales enlatadas, como las que elabora Durán Barba para el PRO, funcionan de acuerdo a quienes las ejecutan y así, sobre todo en las declaraciones del Concejal, queda claro que la mala imitación en los modos y términos de Macri, si bien puede responder a una maqueta mediática de lo que deben hacer los militantes del PRO en distintas ciudades del interior del país, lo convierte en un personaje, y al modo en una parodia.
Sí copió muy bien de su líder político el escaso interés por estar en el lugar que un porcentaje de la ciudadanía le cedió con el voto. Si bien pertenece a una minoría apenas cuantificable, Capitani fue elegido para ocupar una banca en el Concejo Deliberante, espacio que en sesiones importantes para el tratamiento de temas relevantes dejó vacío en PRO de mostrar militancia u obtener algún rédito con triunfos ajenos como el de Pedro Dellarrosa en la ciudad de Marcos Juárez, por cierto, localidad cuyos habitantes distan y mucho del perfil ideológico del electorado villamariense.
El tiene la responsabilidad de defender sus propuestas en el Concejo Deliberante, allí, desde esa banca que deja vacía en una actitud que luego intenta remendar acudiendo a declaraciones “explosivas” en los medios tradicionales de comunicación o utilizando los nuevos soportes como las redes sociales, en donde se intenta mostrar como “el Macri local”: sensible, comprometido, preocupado, un hombre proactivo que sale a “defenderse” de “atropellos patoteros”, como un Quijote haciendo la representación de David y Goliat.
Querido Darío, lo espero en el Concejo Deliberante para que podamos debatir los temas que le interesan y preocupan. Lo espero para que trabajemos por la ciudad cumpliendo con nuestras responsabilidades. Lo espero para conocer qué piensa de la política. Lo espero para que me cuente sus propuestas y para que me diga a qué se refiere cuando habla de “la dilapidación de fondos públicos”. Lo espero para saber cómo usted haría más de lo que hizo este equipo de trabajo encabezado por el intendente y candidato a gobernador de Córdoba Eduardo Accastello en estos años. Lo espero, como muchos de nuestros vecinos, aquellos que con el voto parecen echar por tierra sus predicciones y acompañan una propuesta basada en el desarrollo y el bien común.
