¿Cómo podemos ir venciendo las consecuencias del paso del tiempo y evitar la pérdida de memoria? ¿Qué actividades y factores son los ideales para cumplir ese objetivo?
Esas preguntas intentamos responder en un diálogo con la licenciada en Trabajo Social Verónica Martínez, coordinadora del Taller de Estimulación de Memoria Agilmente, que se concreta en la Universidad Nacional de Villa María (UNVM) desde el Instituto de Extensión a cargo de Omar Barberis.
-¿Todos vamos perdiendo la memoria con el paso del tiempo?
-Sí. Lo que sucede es que a determinada edad, por factores sociales, biológicos y de genética, se produce una bisagra. Se da a los 50 ó 60 años. Lo que ocurre en el envejecimiento normal es que uno se da cuenta de lo que ya sucedía a lo largo de la vida, pero en esta etapa lo siente de otra manera porque surge preocupación sobre lo que está pasando. A los 20 años, quizás me pasaba con menos frecuencia, pero en el envejecimiento normal el cerebro va sufriéndolo, se va deteriorando y se enlentece. Pero al no ser una estructura rígida, al ser plástica, puede moldearse, por lo tanto siempre podemos aprender y comenzar a hacer cosas nuevas. Las actividades más novedosas son las que más despiertan las funciones de la memoria.
-¿Cuáles serían los olvidos ante los que debemos alertarnos por no ser parte del proceso normal de envejecimiento?
-Hay olvidos benignos y otros patológicos, estos últimos, ligados normalmente a una enfermedad. Los benignos duran un rato: me olvido de un nombre, pero en el corto plazo puedo recordarlo; el recuerdo normalmente regresa, lo que demora es el tránsito desde que empiezo a preguntarme hasta que el recuerdo vuelve a mi cabeza.
Las confusiones, las amnesias, sí son alertas. No obstante, cualquier persona adulta puede realizarse estudios.
-¿De qué manera podemos evitar la pérdida de memoria?
-El cerebro tiene que estar activo, no sólo en la actividad cognitiva. Si yo hago crucigramas todos los días hace 10 años, probablemente no se active nada porque es la misma tarea. Lo que activará mi cerebro son las actividades más novedosas, por ejemplo, cambiando de nivel en los crucigramas. Y no sólo incide la actividad que tenga que ver con la lectura, sino la actividad física, la alimentación y otros factores. Destaco los factores afectivos; en el taller siempre conversamos sobre la ansiedad, sobre el estrés. Cuando tengo un problema, la atención se enfoca en eso y la atención es sumamente necesaria para aportar al recuerdo, si no el recuerdo no existe.
-¿Qué papel cumple la lectura?
-Fundamental. El año pasado en el taller de memoria una de las alternativas era asistir a un club de lectura. Estaba enfocado en estimular la memoria.
-¿Mujeres y hombres sufren la pérdida de memoria de igual manera?
-Al taller asiste un solo hombre. Creo que tienen otro tipo de gustos o piensan en otras actividades. Por la experiencia -ya que no tengo formación en Neurología- los hombres pierden algunas capacidades antes que las mujeres. Ellas intentan mantenerse más activas y han dividido su atención más veces que ellos.
-Hay un caso paradigmático en la cultura nacional, como el de la lucidez de Mirtha Legrand. ¿Puede ser algo biológico o es consecuencia de su estilo de vida?
-Creo que es una suma de cosas. Una persona de 80 años como Mirtha Legrand demuestra que el envejecimiento no es determinante para empezar a olvidar. Legrand no ha hecho otra cosa, ha tenido todas las alternativas y posibilidades para estimularse, se levanta con la novedad: con la lectura, le traen los diarios y vive de eso como una modelo vive de su cuerpo. Hay muchas mujeres con la edad de ella que están fantásticas.
Cabe consignar que este taller en particular está dirigido a adultos mayores y está enfocado a reactivar la faceta social, haciendo hincapié en las zonas del cerebro que han estado inactivas. No es terapéutico, es decir, no cura. Es una propuesta intensiva de seis clases, que se dictan todos los jueves, a las 9, en la sede universitaria de calle Santiago del Estero 1365.
Si bien lo ideal es sumarse en la primera clase (la del jueves pasado), pueden hacerlo también mañana.
La clase dura dos horas y el costo del curso total es de 250 pesos.