Lindante con la estancia La Negrita se erige un barrio que es el resultado del loteo de unas 20 hectáreas que compró la Asociación Civil “Encuentro Comunitario” hace años atrás.
Allí, donde ya hay unas cinco familias viviendo y varias casas en construcción, hace más de veinte días que están sin alumbrado público, lo que ha facilitado que se despierte una ola de robos en el sector de la ciudad que aún no tiene nombre y que, aseguran, figura como zona rural.
“Teníamos el alumbrado público y andaba a la perfección, de repente nos lo cortaron, fuimos a reclamar a EPEC y nos dijeron que la de cortar fue una decisión de la Municipalidad”, reclamó Alejandro, quien contó que hace dos noches le robaron materiales y herramientas en su casa a medio construir.
Al momento de explicar cómo es que desde el municipio justificaron este accionar, Martha, su esposa, contó que “cuando ingresó el expediente a la Municipalidad resulta que había gente que ha construido, pero que no fue a Obras Privadas, entonces dicen que han entrado en falta y que por eso tomaron la determinación de dejar el barrio a oscuras”.
“Hace más de 20 días que es tierra de nadie”, se quejó Alejandro, porque el pasado 8 de enero autoridades de la asociación se reunieron con el secretario de Ambiente y Desarrollo Urbano, Rodolfo Bergamasco, y con el ingeniero Jorge Cassani, de Alumbrado Público, quienes prometieron que iban a trabajar para intentar restablecer el servicio ese mismo día.
Pero, cuentan, “ayer volví a hacer el reclamo a la Municipalidad y lo tomaron como si no tuvieran idea de lo que está pasando, cuando ya hemos tenido una reunión con Bergamasco”.
En esa reunión "quedó absolutamente claro” que el municipio ya recibió “de total conformidad” la obra de alumbrado público, por lo que es “de su plena responsabilidad atender los inconvenientes”, señalaron.
Ante esto, Alejandro señala que “si hay una falta, por las poquitas construcciones que hay, se puede solucionar, pero no pueden dejarnos a oscuras”. Esto ocasionó que se sucedan diferentes hechos delictivos, “por ejemplo, a una vecina le tiraron la tapia abajo para robarle ladrillos, y a otro le robaron el pilar de la luz”.
Lo que resulta llamativo es que cuando a Alejandro le robaron días atrás y acudió a la Policía “no sabían que existía este barrio”. “Lo tuve que ir a buscar yo a la entrada de La Negrita porque no lo encontraba y me dijo ‘flaco, sinceramente no sabía que vivía gente acá, y menos sin luz y en estas condiciones’”, recordó.
Desde ese momento, la Policía se comprometió a recorrer el lugar por las noches “iban a informar que hay familias acá, porque ni sabían, pero lo que necesitamos es que nos devuelvan el alumbrado público que nos sacaron”, se quejó.