Un hombre de 50 años, oriundo de Santiago del Estero, fue detenido por pedido de la Justicia cordobesa acusado de llevar adelante una estafa millonaria contra la sucursal de Las Varillas del Banco de Córdoba, nombrando a la firma Pauny de esa localidad, fabricadora de tractores.
El sujeto detenido fue identificado por la Policía como Víctor Rojas, de quien se estima que no actuó en forma solitaria en el ilícito.
Todo habría comenzado cuando una persona llamó a la sucursal del Banco de Córdoba diciendo ser el contador de la firma Pauny -quien estaba fuera del país- y expresando que debía hacer en forma urgente dos transferencias.
La maniobra incluía papeles membretados, firmados y sellados supuestamente por el contador de la fábrica de tractores.
Según se supo, desde el banco se realizaron dos transferencias el 15 y 16 de enero pasado a la cuenta de un centro de lisiados santiagueños falso, con domicilio en calle Congreso.
Cuando el titular de la cuenta afectada advirtió los movimientos se presentó en el banco y ahí se dieron cuenta de que había una maniobra ilícita de por medio.
La investigación se enfocó en la persona que cobró una parte del dinero girado y personal de la División Delitos Económicos procedió a detener a Rojas, cuya dirección de residencia coincidía con la de la supuesta ONG.
Hasta ayer permanecían prófugos Juan Alberto Zanni y su esposa (discapacitada) María Daniela Magalí Carrizo, con residencia en calle Congreso, según se indicó, y además la Policía buscaba a una cuarta persona.
Por otro lado, la Justicia ampliaría los cargos a “asociación ilícita”, de casi imposible excarcelación, ya que hasta hoy las figuras son “estafa” y “estafa en grado de tentativa”.
El grupo está sospechado de perpetrar una estafa a la sucursal de la entidad crediticia cordobesa en Las Varillas de dos millones de pesos, de los cuales la banda cobró 800 mil y el resto en la provincia de Santiago del Estero.
Hasta ayer permanecía detenido el empleado municipal Víctor Rojas, quien fue trasladado a la provincia de Córdoba.
Una alta fuente policial señaló que los coches de los policías cordobeses fueron “acompañados” por un Bora, propiedad de un familiar directo del detenido.
La presencia del pariente alertó a personal de Delitos Comunes local, el que reforzó la custodia policial hasta que ésta salió de Santiago del Estero. La comisión arribó al mediodía a Córdoba y Rojas fue puesto a disposición de la fiscal Leonor Faillá y la jueza Ruth Periuccia.
En la ciudad capital de nuestra provincia dejaron entrever que Rojas estaría complicado, en virtud de sus llamados telefónicos al celular de otro detenido.
Se trata del agente inmobiliario cordobés Eduardo Audano, de Villa María. Este habría motorizado una transferencia de 400 mil pesos hacia un centro de lisiados santiagueño inexistente. Lo habría hecho personalmente en Córdoba, en el banco, pero cayó detenido al salir de la entidad con otro sujeto villamariense. Ni bien los policías le secuestraron el celular, advirtieron múltiples llamados de Rojas, obviamente con característica santiagueña. Ambos serían amigos desde hace más de una década.