Bajo el título “Los desconocidos de siempre”, el titular del Partido Justicialista, Gerardo Russo, hizo fuertes críticas a los integrantes de la asamblea que se conformó días atrás para luchar “contra la corrupción y la impunidad”.
El escrito, enviado ayer a nuestra Redacción, expresó lo siguiente:
“Alguna vez escribí que todos los veranos los villamarienses tenemos algunas certezas: soportaremos altas temperaturas, algunos cortes de luz, mucha lluvia, quejas por algunas calles anegadas,  terrenos sin que sus dueños los desmalecen, etcétera.
Pero por sobre todo, sabemos que algunos dirigentes políticos opositores al Gobierno municipal nos querrán hacer ‘comer el amague’ que este año trabajarán a destajo por una  Villa María mejor.
Claro está que esta furia opositora empieza por lo más sencillo: una catarata de críticas y denuncias sobre el ‘gobierno más corrupto de la historia’, tal como nos califican quienes se han rejuntado para conformar esta ‘Asamblea permanente contra la corrupción y la impunidad’.
Pero también sabemos que los vecinos de esta ciudad tendrán  otras certezas menos negras: miles saldrán de vacaciones porque tienen un trabajo que les permite vivir y vacacionar, disfrutarán de nuestro río, de los diferentes espacios verdes perfectamente acondicionados para el ocio, de una excelente infraestructura social y recreativa preparada para villamarienses y visitantes, entre otros placeres de la gente sencilla.
Y como el verano es la estación más adecuada para desenchufarse de las preocupaciones cotidianas, nuestros vecinos acudirán al Costanera Rock, al Anfiteatro y a las peñas, atiborrando a estos espacios de gente feliz. Mientras que aquellos que esquivan la masividad, podrán acudir a la rica y variada oferta artística y cultural que también nos ofrece la ciudad.
A esta altura del relato,  y teniendo en cuenta el título de esta nota, quien la lee estará pensando que voy a referirme a un nuevo grupo musical que imita a aquella excelente banda que liderara el ex-Sui Generis, ‘Nito Mestre y Los Desconocidos de Siempre’. Pero no, lamentablemente estos ‘desconocidos de siempre’, son viejos conocidos de los villamarienses.
Algunos de sus integrantes cuando les tocó gobernar mostraron su incapacidad al dejar una ciudad en condiciones deplorables. Otros, no han hecho otra cosa en su vida más que hablar de lo que habría que hacer, sin arremangarse jamás para hacerlo.
Difamaciones
Unos y otros difaman, mienten y se oponen a todo, a través de permanentes denuncias que por conocidas e inconsistentes no sólo que no sorprenden, sino que ya cansan.
Quizás, si en vez de empezar el día con esa amarga desazón por lo que no supieron, no quisieron o no pudieron hacer, escucharan más a nuestro pueblo, tendrían otra perspectiva de lo que pasa en la ciudad.
Si recorrieran, por ejemplo, los playones deportivos recientemente inaugurados en nuestros barrios, podrían verlos colmados de pibes divirtiéndose, mientras sus familias departen animados alrededor de un mate.
Quizás, esa gente más humilde les pueda explicar que están contentos de vivir en una ciudad en la que hay trabajo, en la que se construyen viviendas populares, en la que todos los servicios públicos llegan a la totalidad de nuestros barrios. Y en la que el acceso a la salud y la educación es una realidad.
Quizás les puedan hacer entender también que esto es planificar y edificar una ciudad en la que el crecimiento económico no esté peleado con la igualdad de oportunidades y la inclusión social.
Quizás, quizás, si escucharan más al villamariense ‘de a pie’ que a su vanidad autorreferencial, entenderían que ya está siendo tiempo de que se dispongan a sumar en vez de permanentemente restar.
Para terminar, no he querido ser irrespetuoso con la ironía de algunos párrafos de esta nota. Pero es verano, les queda todo un año por delante para descargar su impotencia ante tanto trabajo y realizaciones de un gobierno al que acompañan mayoritariamente los villamarienses.
Deberían relajarse un poco más, recordando aquella vieja -pero siempre vigente- sentencia de Arturo Jauretche cuando nos decía:
Nos quieren tristes, porque los pueblos tristes no hacen revoluciones.
Y nosotros estamos alegres, felices, por saber que aún con errores, con falencias, con dificultades, estamos y seguiremos transformando positivamente la ciudad en donde vivimos”.