Las rutas de los alrededores de la ciudad, estrechas y muy transitadas, se la ponen difícil a aquellos con deseos de ejercitarse sobre dos ruedas. Aquí, algunas alternativas para despuntar el vicio de la bicicleta sin complicaciones.
Villa María y su alrededor inmediato no conforman precisamente un paraíso para los ciclistas. En el contorno de nuestra ciudad, aquellos que gustan de arremeter el asfalto y emprender aventuras sobre dos ruedas, se las ven negras a la hora de darle vida a sus anhelos. No importa si se trata de deportistas experimentados con bicicletas de competición o principiantes apenas pertrechados de las ganas de pedalear: la tarea es complicada para todos. Y es que las rutas cercanas, repletas de autos y camiones y muy poco espacio en la banquina transitable (casi nulo en la mayoría de los casos), no invitan al deambular del piloto y su bici fiel. Sin embargo, y siempre hablando de caminos asfaltados, se pueden encontrar circuitos como para despuntar el vicio del andar.
Un giro de 24 kilómetros
En ese sentido, un emblema resulta la vuelta que conecta Villa María y Villa Nueva atravesando los dos cruces del río Ctalamochita más extremos del plano urbano. Un recorrido de 24 kilómetros (entre una y dos horas, según la velocidad de cada uno) al que se le podría poner como punto de inicio la rotonda de barrio Santa Ana. En el sentido de las agujas del reloj (sureste-oeste-noreste-este), hay que agarrar la avenida General Savio, y dejando atrás la fábrica de Chiantore y el ingreso al barrio Las Playas, tomar a la derecha la ruta provincial 2 para cruzar el río e internarse en Villa Nueva. A partir de ese punto es todo derecho, sorteando la avenida Libertad y retomando la ruta 2 (hay un par de kilómetros de bicisenda en el ingreso a barrio Pinar de las Tejas, durante los otros tres se necesita tener mucho cuidado con los camiones), hasta pasar Villa Oeste y tocar el cruce de la ruta nacional 158. Una vez allí hace falta doblar nuevamente a la derecha, superar el puente Andino, continuar hasta el bulevar Italia y retornar al corazón del Santa Ana.
Con rumbo a Ticino
Muy distinto es el viaje Villa María-Ticino (43 kilómetros sólo de ida). No todos saben que el camino desde Arroyo Cabral hasta el pueblo ha sido asfaltado hace menos de un año, y que por el poco tránsito que tiene, es un verdadero llamador de ciclistas. Lo más complicado son los 19 kilómetros que llevan de Villa María a Arroyo Cabral (aunque la ruta 158 presenta un espacio asfaltado entre el límite del tránsito y la banquina de césped que brinda bastante seguridad, muy diferente al escenario que se da en otro sector de la misma carretera, en dirección a Las Mojarras, La Playosa y Las Varillas). Desde la localidad, se debe tomar la flamante ruta S-358 y luego de atravesar La Palestina (15 kilómetros), se arriba a Ticino (nueve kilómetros más). Se recomienda regresar por el mismo camino de la ida, ya que la otra opción (empalmar la ruta 4, unos kilómetros antes de Etruria), es muy peligrosa.
Oasis frente a la autopista
Descartadas también las alternativas de ruta nacional 9 y ruta provincial 2 (una por su tránsito feroz, la otra por el nulo espacio para las bicicletas), los ciclistas locales han encontrado un pequeño oasis en los bordes de la autopista. Paralela a la misma, una carretera lleva desde la desembocadura de calle Buenos Aires (de fácil acceso) hasta el reingreso a la prolongación de bulevar Argentino (mucho más transitada), en cinco kilómetros por los que rara vez pasa algún coche. Para los que busquen ejercitarse en un ida y vuelta constante y sin preocupaciones ni dilaciones, es la mejor opción.
El clásico costanero
Finalmente, queda la costanera. Aún con los incómodos lomos de burro que minan la avenida y su tránsito constante, los nueve kilómetros de asfalto (por detrás del Anfiteatro) que conectan los ingresos a la playa de barrio Barrancas del Río y al balneario El Arenero, siguen siendo un clásico. Cálculo sencillo: dos horas de pedaleo a buen ritmo configuran un doble ida y vuelta; 36 kilómetros de ejercicio que el cuerpo seguro agradecerá.