"Si no afrontamos la sexualidad con expectativas realistas, estamos abocados a la frustración y a afrontar futuras relaciones desde la inseguridad y el miedo", apunta San Martín. Por ello, es muy importante no magnificar la primera relación sexual, añade Carlos de la Cruz, responsable de los programas de Educación Sexual del Ayuntamiento de Leganés y director del máster oficial en Sexología de la Universidad Camilo José Cela de Madrid. Porque, "¿qué pasaría si se aprendiera a no darle importancia, a asumir que quizá, que la primera vez salga mal o regular, no es tan importante? ¿Que lo realmente importante es que acabe saliendo bien y que, como en muchos otros aspectos de la vida,: 'nadie lo hace bien a la primera'?", pregunta este experto. Los problemas radican de la importancia que le damos a esa primera relación, cuando en realidad no debe ser tal. Según explica este especialista, los jóvenes tienen una exigencia por querer que todo salga bien. "Es como el examen de selectividad". Por eso se suele estar más pendiente de la pregunta de después: ¿qué tal?, que de estar disfrutando. Sin embargo, y lo más curioso, resalta el experto, es que a esa pregunta casi siempre se responde que bien, (aunque eso no se corresponda precisamente con la realidad). Es imprescindible, aconseja, aprender a tener relaciones eróticas (incluyendo ese primer coito) para disfrutar y no para conseguir una buena puntuación. Lo que significa, por tanto, "aprender a reconocer los nervios en vez de fingirlos, aprender a reconocer la inexperiencia en vez de disimularla. Es decir, aprender a ser naturales y a mostrarse tal cual es".
Fuente: ElMundo.es