Si un primer encuentro sexual se vive de forma negativa, puede condicionar y afectar a los siguientes.
Así lo refleja un estudio publicado en el último número de la revista científica The Journal Sexual of Medicine y realizado por el departamento de Psicología de la Facultad de Medicina de Dunedin, en Universidad de Otago, Nueva Zelanda.
Según el documento, experimentar una primera vez de forma emocionalmente negativa puede asociarse con dificultades sexuales posteriores, como la aparición de ciertas disfunciones. Sin embargo y según el estudio, la edad de inicio de las relaciones no sería tanto un factor a tener en cuenta, y sí otros como el lugar o el contexto en el que se viva y se experimente ese primer encuentro sexual. Eso sí, los investigadores advierten de la limitación del estudio y de la necesidad de profundizar más en la investigación de todos estos factores.
En España, según diferentes encuestas, la edad de inicio en las relaciones está en torno a los 16 años, y normalmente, los hombres suelen empezar antes que las mujeres. Sin embargo, "la edad en sí misma no es un parámetro determinante debido a la variabilidad individual de los distintos procesos evolutivos a nivel afectivo-sexual", asegura Carlos San Martín Blanco, doctor en Medicina, sexólogo y director del Centro Interdisciplinar de Psicología y Salud, CIPSA de Santander. En cambio, los factores actitudinales, el contexto, las expectativas y la elección libre de ese momento son los elementos esenciales a la hora de garantizarnos una primera relación placentera y satisfactoria.
Interpretación negativa del momento
Cuando hablamos de una mala relación sexual, estamos hablando fundamentalmente, "del juicio subjetivo que uno hace de la experiencia al no adecuarse a la expectativa esperada y que es elegida y consentida", aclara Rosa Collado, psicóloga. especialista en Sexología y psicoterapia integradora del Centro de Psicología Alava Reyes. Si es así, una mala primera relación sí puede, en ocasiones, afectar en el futuro a la satisfacción sexual en general. Y, en particular, añade esta experta, conllevar miedos, ansiedades e inseguridades que afecten a la respuesta sexual. Se podrían ver afectados aspectos sexuales de la excitación, del orgasmo o placer y del deseo sexual.
De este modo, confirma San Martín, una primera experiencia sexual que genere inseguridades, miedos, frustraciones o insatisfacciones puede generar una primera vivencia y percepción del sexo como algo decepcionante. Teniendo en cuenta además que la expectativa para esa primera relación suele estar idealizada, añade el especialista, "el grado de frustración que produzca puede predisponer a sentir inseguridad en las siguientes relaciones en cuanto al desempeño sexual". Y esto puede acabar generando incluso disfunciones sexuales de carácter psicógeno como la disfunción eréctil (DE) y la eyaculación precoz (EP) o la anorgasmia y el vaginismo en las chicas. Los chicos, por regla general, miden más su masculinidad en base a su desempeño sexual y se sienten los responsables del placer de la mujer. Por tanto, y según explica San Martín, si perciben que no han "estado a la altura", se sienten culpables y afecta a su autoestima sexual y a su seguridad en futuros encuentros.
Por tanto, para que, generalmente, un joven valore como negativo su primer encuentro, tienen que darse una serie de factores como, por ejemplo, cuando su ejecución sexual no se ha acoplado con las expectativas que él tenía (piensa que "no ha aguantado lo suficiente, no ha dado placer al otro, no ha dado la talla etcétera), cuando tiene culpa por haber practicado algo inmoral, cuando tiene desconfianza en su pareja, si ha sentido dolor etcétera.
Es importante destacar que el adolescente va configurando esta actitud hacia uno mismo a todos los niveles, por lo que "la madurez sexual presupone la existencia de autoestima y autonomía y, además, potenciar la capacidad de autocuidado", aclara Collado. Por tanto, su maduración como persona unida a aspectos tan importantes y determinantes como la inexperiencia, la falta de información, la impulsividad o el deseo por tener determinadas experiencias, la presión de los iguales y los espacios o lugares faltos de intimidad que no permiten la tranquilidad y la seguridad personal, pueden hacer que la primera experiencia no sea del todo positiva. Dependerá, por tanto, de la elaboración de esa experiencia y de cómo se afronta, para que en el futuro no se vea afectada su sexualidad de adulto. Normalmente, expone Collado, "a lo largo de la adolescencia y la juventud van sucediéndose las parejas sexuales y van corrigiéndose patrones de conducta disfuncionales”.