Todos tenemos, o hemos tenido, algún dolor en el brazo, algún esguince, algún desgarro, alguna molestia en la espalda. Y por eso mismo todos hemos acudido alguna vez al médico, buscando subsanar aquellos desperfectos. Y acaso por costumbre, comodidad o confianza, suele ser el kinesiólogo el acreedor de la visita. Aunque últimamente también la quiropraxia, medicina alternativa que en cierta forma deriva de la kinesiología y que hace foco en la columna cervical para resolver los problemas de todo el cuerpo, viene ganando adeptos. ¿Pero qué es lo que diferencia a una especialidad de la otra?
Técnicas de movimiento
“La kinesiología es una rama de la medicina que utiliza agentes físicos (frío, calor, masajes, etcétera) y técnicas de movimientos (entre ellas los masajes) para prevenir y tratar enfermedades o lesiones, enfocándose en la disminución de los signos y síntomas como objetivos principales. La quiropraxia, en cambio, intenta mantener una relación adecuada entre el sistema nervioso y la columna vertebral, mediante correcciones de subluxaciones vertebrales, para que no exista ningún tipo de interferencia nerviosa que pueda causar complicaciones en el cuerpo. En síntesis: la kinesiología junto con la medicina intentan trabajar tratando de disminuir un síntoma, y no buscan la resolución de la causa o el problema, como sí lo hace la quiropraxia”, apunta el villamariense Joaquín Marqués, quiropracta y licenciado en Kinesiología y Fisioterapia, en diálogo con EL DIARIO.
Según el profesional, otro contraste entre ambas vertientes radica en que mientras la kinesiología es una rama de la medicina propiamente dicha, la quiropraxia es una disciplina de la salud separada de los paradigmas tradicionales (si bien quienes la practican tienen el título de kinesiólogos).
Distintos pareceres
Distinta es la opinión que esbozan desde el Colegio Profesional de Kinesiólogos y Fisioterapeutas de la Provincia de Córdoba, Delegación Villa María. Su presidenta, la licenciada Verónica Bolatti, comenta: “Nosotros no estamos de acuerdo con esa mirada antagónica entre la kinesiología y la quiropraxia. Al contrario, creo que son especialidades que se complementan. De hecho, yo a algunos de mis pacientes les recomiendo visitar al quiropráctico. Cada una tiene beneficios concretos, y ambas ayudan al bienestar general”.
Por su parte, la kinesióloga y fisioterapeuta Verónica Bolatti, dice que la diferencia elemental reside en términos de técnicas: “La kinesiología de repente es menos invasiva que la quiropraxia. Nosotros trabajamos con más sesiones, que van realizando un mejoramiento paulatino. En la quiropraxia, en cambio, se practican menos turnos, quizás uno o dos. Pero de una forma que puede ser un poco más invasiva, porque se ejerce a partir de correcciones de la columna”. Otra distinción que hace Bolatti recae en el uso de la aparatología, ya que mientras la kinesiología utiliza recursos como ultrasonido, magneto, radiofrecuencia y ondas de choque, entre otros (además de masajes), la quiropraxia se centra exclusivamente en las correcciones realizadas por la persona idónea.
Es justamente en este punto en el que insiste Marqués a la hora de destacar las diferencias “filosóficas” que existen entre las dos especialidades: “Para sanarnos, no se necesita ni medicación ni trabajar sobre un síntoma. El cuerpo tiene la capacidad de hacerlo por sus propios medios gracias al tiempo y al trabajo del sistema nervioso, que es el que controla el organismo. La quiropraxia, entonces, se encarga de mantener las vértebras (y por ende la espalda), en perfectas condiciones, para que ese sistema nervioso funcione correctamente y se encargue de subsanar el problema por sí sólo”, concluye.
Oscar Garay