La Justicia cordobesa comenzó a indagar ayer al empleado municipal santiagueño Víctor Rojas, de 50 años, acusado de estafar a la sucursal de Las Varillas del Banco de Córdoba invocando el nombre de la firma Pauny de la mencionada población, fabricadora de tractores.
Rojas fue detenido en Santiago del Estero y trasladado a Las Varillas por una comisión policial que viajó especialmente a la provincia del norte del país.
Una vez en tierra cordobesa, Rojas quedó detenido y se estima que la presunta estafa que cometió tuvo cerca de una docena de cómplices.
Pudo saberse que la trama gestada llegó a la suma de dos millones de pesos en perjuicio de la firma Pauny, pero más que todo en perjuicio de la sucursal que el Banco de Córdoba tiene en Las Varillas.
Los pesquisas llegaron a descubrir a Rojas por su conexión con el villamariense Eduardo Audano, quien junto a otro individuo también de Villa María fue detenido una semana atrás por estafar a la sucursal bancaria en 400 mil pesos.
Ambos hombres de Villa María quedaron detenidos al ser descubiertos en el momento preciso que iban a cometer un segundo ilícito contra la sucursal crediticia.
“Se abusaron para obtener más beneficios, en el banco se dieron cuenta e inmediatamente llamaron a los policías, quienes los detuvieron en el acto”, confió una fuente policial.
Rojas tenía múltiples llamadas al celular de Audano y fue por eso que los investigadores comenzaron a buscarlo, hasta que finalmente fue encontrado y apresado.
Se estima que la segunda maniobra frustrada de Audano con el otro villamariense iba a ser cercana al millón de pesos.
Además de Rojas y Audano, hay órdenes de detención contra Juan Alberto Zanni, su esposa María Daniela Magalí Carrizo y Berto Ramón Avila, con residencia en Forres, provincia de Santiago del Estero.
Para la fiscal Leonor Faillá y la jueza Ruth Periuccia, habría otros cómplices, según trascendió.
Fuentes cercanas a la Justicia cordobesa señalaron que ayer Rojas se abstuvo de declarar.
Las primeras informaciones indicaron que a mediados de enero una persona llamó telefónicamente a la sucursal bancaria de Las Varillas diciendo que era un directivo de la firma Pauny y que necesitaba hacer en forma urgente dos transferencias. La maniobra incluía papeles membretados, firmados y sellados por el contador de la fábrica de tractores. Desde el banco, entonces, se hicieron las transferencias a un centro de lisiados santiagueño que era falso. Después, desde la firma y la entidad crediticia se dieron cuenta que se trataba de un ilícito.