Pasar de un sistema presencial a uno no presencial, imponer la modalidad tutorial por sobre la función del docente en clase y reducir los costos operativos y administrativos de la estructura educativa, son las variables del modelo virtual que está comenzando a implementar la Universidad Católica de Salta.
Así lo expresaron el doctor Armando Isasmendi, decano de la Facultad de Ciencias Jurídicas y el ingeniero Daniel Torres Jiménez, director operativo de dicha entidad, en la conferencia de prensa realizada ayer por la mañana en la sede de CIESO.
Los representantes de la institución universitaria, que cuenta en Villa María con una de sus ocho delegaciones nacionales, subrayaron que la faz virtual de la enseñanza es "el futuro de las universidades privadas".
De esta manera, indicaron, "los docentes pasan a ser tutores, dejar de dictar clases para administrar la información y las inquietudes de los alumnos en foros y en el contacto virtual". Esta modalidad, según señalaron, aumentaría el volumen de educandos que pueden acceder al sistema desde cualquier punto del país y en cualquier momento del día.
La reducción de gastos también apunta a dar respuesta anticipada a "la creciente tendencia a profesionalizar la docencia, con personal part o full time, lo cual hará en unos años la existencia de un sistema presencial muy costoso". A propósito, señaló que en la sede villamariense se ha disminuido la planta docente a tal fin.
Sobre la calidad educativa, Isasmendi fue terminante: "El sistema presencial actualmente no es escencialmente bueno. Su transmisión del conocimiento no es más eficaz, cuando se trata de cursos de más de 200 alumnos".
En cuanto al proyecto virtual, el decano puntualizó que "uno de sus objetivos es mantener la calidad". "Queremos llevar la relación a 100 alumnos por profesor, en un aula virtual, es decir que el contacto es diferente".
Consultado sobre la comparación entre deserción escolar entre ambos sistemas, Isasmendi precisó que "en la Católica de Salta, los índices son parejos". Acerca de la repercusión de la crisis en el ingreso de alumnado apuntó: "Aunque la matrícula no ha aumentado, sí se mantuvo igual que en 2008; algo común a las demás universidades".

"No buscamos el porcentaje de ganancia"

En su momento, EL DIARIO preguntó si esta modalidad de reducir gastos y el desplazamiento de la función docente no apuntaba a una "mercantilización de la educación".
El decano Isasmendi respondió: "En este sistema se prioriza la calidad educativa. Somos una universidad formada por una asociación sin fines de lucro, dependiente del arzobispado. No venimos a ofrecer un producto para lucrar sino un servicio educativo".
Por su parte, Torres Jiménez agregó: "Tal vez por eso nos diferenciamos de otras universidades a distancia, que no buscamos ese porcentaje de ganancia".
Mariano Olaviaga, de AMMA-CIESO (entidad que tiene el convenio con la universidad), añadió: "Tenemos un compromiso mutuo de dar acceso a los trabajadores que quedaban fuera del sistema con una oferta educativa que no sea tan costosa".
La sede local -actualmente con 890 alumnos- tiene un arancel que ronda los 500 pesos mensuales en las carreras tradicionales y en las tecnicaturas unos 200 pesos.